La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Pedro y Pere: una simbiosis

Gran triunfo de Sánchez: los reunidos acordaron seguir reuniéndose sin prisas, sin pausas y, sobre todo, sin plazos

Lo que se esperaba. El gran triunfador de la primera ronda de la Operación Reencuentro entre España y Cataluña ha sido el que la inventó: Pedro Sánchez. Ha salido de la cumbre de Barcelona consagrando la fractura del independentismo, la defunción de la vía unilateral hacia la república catalana y su propia continuidad en la Moncloa con el apoyo a bajo coste de ERC.

Su habilidad e inteligencia han obrado el milagro de lograr los objetivos sin otras concesiones que las simbólicas (comisión bilateral, recibimiento como a un mandatario extranjero, la grotesca retirada de la bandera de España cuando Aragonès iba a hablar ante la prensa) y las económicas y competenciales del futuro. A cambio, el otro Pedro (Pere) se ha quitado de enmedio la presencia incordiante de los de Puigdemont, vetados en la mesa de diálogo y apartados de cualquier protagonismo, y ha asumido que la negociación va para largo y que los interlocutores tendrán que trabajar sin prisas, sin pausas y, sobre todo, sin plazos. Se acabó el ultimátum inicial de que haya avances en dos años y el rebajado por Junqueras de que haya un referéndum pactado antes de 2030.

El ministro de Presidencia y nuevo hombre fuerte del Gobierno, Félix Bolaños, se apresuró a declarar que el proceso soberanista ya está terminando. Con toda razón. Porque en la reunión de Barcelona solamente se ha pactado una cosa: que hay que seguir reuniéndose pase lo que pase, aunque las posiciones de las dos partes estén muy alejadas y por mucho tiempo que transcurra. Y porque al otro lado de la mesa el Gobierno lo que se encuentra es un interlocutor demediado, que ya ni siquiera representa al independentismo en su conjunto, y no digamos a la sociedad catalana, y que no va a llamar a la rebelión ni simpatizar con la violencia callejera como hicieron Puigdemont y Torra. Podemos es un aliado molesto para el PSOE, pero Junts es, hoy día, el enemigo irreconciliable de ERC compartiendo un Govern de duración imprevisible.

Con el procès materialmente desactivado -si se entiende como movimiento de ruptura con el Estado-, ERC domesticada y la Generalitat escindida, las tropas sanchistas avanzan por la Diagonal. Y yendo a lo concreto, los Presupuestos de 2022 están a salvo, y para asegurar la aprobación de los Presupuestos catalanes ya se dispone de la mayoría no nacionalista que necesitan. La de ERC con el PSC de Illa.

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