Utopías posibles

Luis Ibáñez luque

Pesar al pollo

Hay quien dice que si no va a haber notas en el tercer trimestre "para qué vamos a trabajar"

Elprofesorado no somos héroes, ni merecemos un aplauso diario, como insinúan muchos. Es cierto que no se nos reconoce, pero ahora mismo eso no toca. Solo somos trabajadores haciendo teletrabajo, como hacen todas las empresas y trabajadores que pueden. Quien no puede, lo tiene aún peor: ERTEs, autónomos con cero beneficios... Por eso no sé qué están pensando quienes reivindican que el curso acabe ya (¿prefieren un ERTE?). El esfuerzo que hemos realizado, montando todo un sistema de teleformación prácticamente de la nada, es muy de agradecer, pero nada más. Héroes son los servicios de limpieza, supermercados, transportistas, los servicios sanitarios y los cuerpos de seguridad, entre otros. Se habla mucho en estos días de la evaluación. Parece que es de vida o muerte para bastantes docentes saber cómo va a ser la evaluación del tercer trimestre y del curso, cómo se va a decidir la promoción del alumnado, si va a haber o no aprobado general... Hay quien dice que si no va a haber notas en el tercer trimestre, "para qué vamos a trabajar", que dar un aprobado general sería "pisotear" al profesorado, que un alumno o alumna que no haya hecho nada en teletrabajo tiene que suspender. Y luego estamos quienes pensamos que, si bien la evaluación condiciona toda la actividad docente, el aprendizaje no puede ser por y para la evaluación (que por cierto, se suele confundir con poner un número). El debate de fondo es necesario, yo diría que vital. ¿Tan aburrido o poco interesante nos parece lo que enseñamos, que necesitamos la amenaza de la calificación? ¿no podemos favorecer que cada uno aprenda de la mejor manera, y nada más? ¿aún no nos hemos dado cuenta de que los aprendizajes más importantes se hacen sin coacción, y que el verbo aprender, como el verbo amar, no se puede conjugar en imperativo? ¿soy yo el único que ha visto que es en actividades fuera del libro de texto, complementarias y sin exámenes, donde más se aprende? ¿cuatro meses, o un curso en los diez años de educación obligatoria significa algo? Puestos a pedir, yo pediría que las calificaciones, al menos en educación obligatoria, desaparecieran para siempre. Como dice mi amigo (gran profesor y director) Juan Sánchez Martos: "en educación nos preocupamos más por pesar al pollo, que por darle que comer". Así, sabemos día a día hasta el último miligramo que pesa... mientras el pollo se muere de hambre.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios