La tapia con sifón

7: Pizza y final de momento

Un cacho de pan plano con alimentos variados encima es una forma antiquísima de comer, presente en todas las cocinas

Este será el último capítulo de la serie reivindicativa de platos almerienses que se han apropiado otros cambiándoles el nombre. El último de momento, porque quedan olvidos que reparar, pero debo volver a los temas habituales de esta columna; y por otra parte, tengo que recabar más documentación sobre algunos, como los pepinillos agridulces polacos, el porridge escocés o la polenta, por poner sólo algunos ejemplos. La investigación que tengo más avanzada es la de la conocida pizza a la putanesca, que procede directamente de la tortica de avío de Vera.

Hablemos primero de la pizza en general. Un cacho de pan plano con alimentos variados encima es una forma antiquísima de comer, presente en todas las cocinas desde que se inventó la harina. En España son parientes de la pizza las cocas levantinas o las citadas torticas. En los interneses pululan "historiadores"; uno de ellos dice que el primer pizzero famoso fue N'Tuono o Antonio Testa; y que en 1672 el rey de Nápoles Fernando de Borbón rompió el protocolo y se fue a comer a una pizzería. Lo primero que daña la vista es un grave error histórico: hubo en Nápoles cuatro reyes de nombre Fernando, pero todos en los siglos XIV y XV. Eran españoles, porque ese reino perteneció desde 1282 a la corona de Aragón, y a partir de 1516 a la de la España unificada por los Reyes Católicos. Nápoles, Sicilia y Cerdeña siguieron siendo españolas hasta Napoleón. Otro "historiador" italiano afirma que se creó la pizza en Nápoles porque allí la harina tiene más gluten. Sin comentarios.

Lo que tienen en común pizzas, cocas y torticas es el pan y el tomate, y ya se demostró aquí que el tomate pasó de Almería a Italia, más o menos por esa fecha en que dicen los italianos que se hizo famoso N'Tuono. En el caso de la pizza a la putanesca, su receta es casi idéntica a la de la tortica de avío: pimiento, tomate, ajo, cebolla, anchoas y orégano. La única diferencia es que la nuestra lleva el boquerón fresco en vez de en salazón. Bueno, alguno me dirá que la tortica se hace con harina de maíz, pero esa es una modificación reciente: data de la traída del maíz de América. Por cierto, también la polenta italiana, el talo vasco o el gofio canario se hacen actualmente con harina de maíz, pero esa es otra historia que ¿continuará?.

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