Pobres almendreros

La almendra americana nos está hundiendo. ¿Seguro? Porque uno no comprende que se pague la almendra española más barata que la americana

Forma parte de las conversaciones de estos días entre los que tenemos un puñado de almendros el preguntar aquello de "¿a cómo están las almendras este año?". Y como casi todos los años, éste también, la misma respuesta:" muy baratas". Y no solo por las ofertas que están haciendo los compradores: es una cantinela que se repite una y otra vez tanto en los medios especializados como en los medios generalistas. Se nos repite que el precio ha estado cayendo desde primeros de año y que no para de caer en estos tiempos. Y lo peor es que lo que andan diciendo es verdad y se comprueba por los precios que circulan por las lonjas. Ante este ambiente no es de extrañar que cunda el conformismo entre los productores y terminen pensando que será una suerte conseguir venderlas, por lo que tratan de deshacerse de sus almendras cuanto antes. La jugada es perfecta para los compradores. Así aumentan sus beneficios. Pero no termina de entenderse ese descenso de los precios, por lo que tienen que recurrir a la excusa de siempre: la almendra americana nos está hundiendo. ¿Seguro? Porque uno no comprende que se pague la almendra española más barata que la americana. Se podría pensar en que, cuando menos, tengan precios iguales. Pero viendo las tablas de esta última semana, la almendra española, excepto la ecológica y la marcona, está más barata que la americana. Y yo me pregunto: aparte de la indiscutible diferencia de calidad, ¿sabemos qué es todo lo que esconde la almendra de California? ¿Cuántos conocen sus procedimientos de cultivo? La base de cultivo es el herbicida sistemático; el uso y abuso de plaguicidas es los más normal; los baños de las pilas de almendras con tratamientos químicos venenosos para evitar que la almendra se agusane son moneda corriente; y, por si fuera poco, el procedimiento de recogida, con sopladores directamente desde la tierra, hace que el fruto se llene de residuos. Y ¿cómo es que, a pesar de tanto desatino, los compradores prefieran estas almendras a las nuestras? Todo huele a maniobra para bajar precios. Y mientras la oferta esté atomizada está destinada al éxito. Urge la concentración de la oferta. Y no se me ocurre otro procedimiento que incrementar el poder de las cooperativas aumentando el número de sus socios y sus kilos y poniéndolas en manos de gestores competentes. Lo otro estará condenando al fracaso a los pequeños productores.

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