Hoy sabremos que deparan las elecciones para la comunidad de una campaña que debería ser el ejemplo y ser incluída en las facultades de Ciencias Políticas, e incluso, de los futuros comunicadores, de lo que no debe ser. Insultos, desprecios, crispación... y en definitiva, el paradigma de una clase política que tiene de todo menos clase. Los responsables son esos representantes, por supuesto, pero la sociedad tiene una responsabilidad subsidiaria que roza ya la mayor por ser un fenómeno que se mantiene demasiado en el tiempo. Soy de los que piensa que partidos y sus representantes representan fielmente a la sociedad, para bien y para mal, pero en los últimos años me estoy alejando de esta idea. No es admisible que un político no respete a un 'adversario', ese al que tantas personas representa y no directamente con su voto, que eso es otra cuestión a debatir, pero sí como institución. El respeto entre ellos es el respeto a toda la sociedad y la necesidad de aunar fuerzas y establecer unos mínimos vínculos (aunque sea a regañadientes) en pro de la población debería ser siempre la mayor.

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