Por si no habíamos tenido bastante con los fans del ala izquierda motejando de facha- hasta el simple hecho de que sus rivales políticos respiren, y con todos acusando al resto de sumar apoyos con quien no deben, en Almería ciudad la nueva Corporación no se inicia, precisamente, con buen rollo.

Abres el Diario y encuentras a la socialista Adriana Valverde, quejándose de que Ramón (yo, al alcalde, desde sus carteles en la campaña electoral ya le llamo así, como si fuésemos vecinos de escalera) no se pone en contacto con ella. Considera este trato, y cito textualmente, como despectivo, porque además tiene su teléfono (entiendo que el número, no el terminal). No le llamó, dice, ni para comentar los días de pleno. Pues bien, Dª Adriana, quite el "como". El trato es despectivo, no lo dude, y augura cuatro años de polémicas, más que de servicio público.

Sin relacionarse con Adriana Valverde, se han asignado los puestos de personal de confianza -los asesores-. El grupo popular, con 13 concejales, se asigna 18 asesores. Van a necesitar el pabellón Moisés Ruiz como oficina para no tropezar entre ellos. A Podemos, que tiene un concejal, se le asigna uno. A Ciudadanos y Vox, con dos concejales cada uno, tendrán tres asesores. Y a los socialistas, que son 9, les ponen dos. Vamos a estar entretenidos, ya verán. Porque Dª Adriana ha respondido al desprecio diciendo que esto con el antecesor de Ramón no pasaba. ¡Ahí!, minando la autoestima.

Lo cierto es que el caso es que vistas las cifras, el reparto chirría. Para hurgar más en la herida, les dice, más o menos, que trabajen los concejales que va a liberar a muchos. Que un concejal trabaje es algo que apoyaría cualquier ciudadano con entusiasmo. Pero en lo suyo, como concejal. Los de la oposición no tienen como empleo esperar a ver si en la próxima gobiernan. Deben representar, especialmente, los intereses de quienes no votaron al actual alcalde. Para que ello sea posible deben contar con medios y flaco favor se hace a la democracia poniendo dificultades materiales a la oposición. Y ¿para qué? Cuando puedes mirarles desde la superioridad que te dan tus 13 concejales y contar con toda la estructura administrativa.

Por otro lado, queda la impresión de que los socialistas ya no son lo que eran. Parecen nuevos. Esto antes no les pasaba ¿Por qué? Porque negociaban los repartos antes de las elecciones.

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