El medio y el ambiente

Poncheras

Los políticos andan con parches . No ponen en práctica lo que decían los antiguos: "hay que errar o quitar el banco"

Durante mi primer viaje a Cuba, el primer día ejercimos de turistas y por la tarde fuimos a la Fortaleza de San Carlos, en la que presenciamos la ceremonia del cañonazo al anochecer. Al ir a subirnos al coche en el que habíamos ido, nos encontramos con un neumático pinchado y entre Lemay, el conductor: un médico despojado de su título, y yo lo cambiamos (no voy a entrar en detalles de la maniobra) y al terminar le dije que buscara donde arreglar la rueda estropeada. Así me enteré de que en Cuba los recauchutados de aquí se llaman poncheras allá. Huelga decir que, desgraciadamente, no son tan abundantes como los españoles. Pero nos apañaron la rueda.

Me permito contar esta anécdota, porque aquí parece que estamos obsesionados con poner parches en todos los lugares y situaciones. Parece que le tenemos tirria a tirar el neumático roto en vez de repararlo como se pueda y apañarnos así un tiempito más, como dicen en Cuba.

Los políticos andan con parches y componendas por doquier. No ponen en práctica lo que decían los antiguos: "hay que errar o quitar el banco". Y tampoco son los mejores tiempos para mezclar políticos y bancos.

Por otra parte, los economistas, no se atreven a hablar claro y nos dan marañas de cifras que en muchos casos no solo van juntas sino que van revueltas.

Los sociólogos hacen como los estadísticos, dicho sin establecer comparanza y con todo respeto: se limitan a medir y dar el resultado, y en su defensa diré que eso no es poco si se hace bien, con los tiempos que corren.

Y de la educación, como le dijeron a un amigo en un examen: ¡qué le voy a decir yo a Vd. de esa cuestión, que Vd. no sepa ya!. Por la forma de referirse el alumno a mi amigo, se nota que de eso hace ya unos bastantes años. El nivel está como el mapa: los de arriba, arriba y los de abajo, abajo. No se si esto parece la serie arriba y abajo o el diálogo norte-sur de Abril Martorell.

Así que la impresión que tengo es que aquí pocas personas quieren quitar prebendas, ni cambiar el modo de hacer ni de vivir. Parece que solamente estamos preocupados por el medio ambiente y que eso es lo único que queremos solucionar, pero sin hablar de dinero y -a ser posible- sin rascarse el bolsillo. Por ejemplo: ¿para cuándo esas máquinas tan frecuentes en los supermercados de la Europa europea en las que metes las latas de refresco vacías, o las botellas de cerveza vacías, y te sueltan euros?. ¿Qué pasa?, ¿es que ya nos da vergüenza "descambiar los cascos"? Pues que yo sepa a los paisanos de Europa no les da ninguna vergüenza coger su dinero de la máquina.

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