Calle Real

Joaquín Pérez de la BlaNCA

Precaución, por favor

Si uno quiere airearse del virus que sea consciente de que lo que está haciendo puede tener consecuencias sobre los demás

Con la que está cayendo y aun así seguimos cruzándonos con personas que no muestran el más mínimo interés en protegerse a ellos mismos ni a los demás, cuando hasta hace no mucho nos encontrábamos confinados por el riesgo de un virus letal; tan letal que por desgracia se ha llevado a muchos por delante: personas que se han sacrificado para ayudar a otros, y que ahora supongo que deberían estar realmente consternadas por el cambio de actitud de unos cuantos, que parece que no se quieren enterar de que el virus no ha desaparecido, que sigue entre nosotros, de que el riesgo es real. Pues no, día sí y día también nos sorprende alguna noticia de que tras una fiesta o una reunión se ha contagiado un grupo considerable de personas.

Ciertamente es posible que aun llevando a la práctica las medidas de prevención pueda uno contagiarse, pero no es lo común. Lo que no es de recibo es que ahora, tras las numerosas muertes que se han producido entre nuestros mayores, entre nuestros sanitarios, entre muchas otras personas, nos liemos la manta a la cabeza y nos vayamos de botellón a las primeras de cambio sin importarnos que uno pueda estar contribuyendo a la propagación de un virus; un virus que mata.

Si uno quiere airearse o despejarse del virus que al menos sea consciente de que lo que está haciendo puede tener consecuencias sobre los demás. Es necesario que nos pongamos la mascarilla, que nos lavemos regularmente las manos, que no nos acerquemos en exceso a otras personas. Porque uno no sólo puede poner en grave riesgo la salud propia, sino la de aquellos que le rodean. Y porque, además, se hace necesario guardar un respeto y cierta consideración a aquellos que se han jugado la piel en el confinamiento cuando apenas han contado con medios suficientes y adecuados. Por todos ellos sería conveniente hacer el esfuerzo de ponerse la mascarilla y tratar de cumplir en la medida de lo posible todos los consejos encaminados a evitar la propagación y combatir esta pandemia.

Más que nada porque, visto lo visto, puede que aquellos que han sacrificado tanto, llegando incluso a poner en grave riesgo su salud y la de sus familias, se lo piensen dos veces si es que el maldito virus vuelve a las andadas.

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