Dejamos atrás una semana de lo más amena. La ministra de Trabajo ha presentado su reforma laboral. Hasta ahí es lógico. Pero es que se la ha presentado al Papa, que aún debe estar preguntándose si no le habrán confundido con lo OIT. Por su parte, el líder de la oposición ha dicho un taco y, otra ola, no de felicidad, sino de virus, amenaza con frenar la recuperación. Pero eso será para el primer trimestre, aún quedan fiestas y, como dice el refrán portugués, tristezas no pagan deudas. En nuestra provincia estamos, políticamente, con el asunto de la noria en la capital, que si son cinco o seis euros su precio. Los socialistas han elegido una nueva ejecutiva provincial, que se nos había olvidado antes por eso de la pandemia. Pero ahí están, nuevo secretario general y nueva ejecutiva (entendiendo por nueva a mucha gente de toda la vida, lo que no es una crítica, porque cuando en mi casa anuncio una nueva comida de Navidad, no es que cambie de hijos, sino de menú). Total que esta es la que llevará a los socialistas a las próximas elecciones y, a algunos de ellos, a ser cargos electos, que tiene su aquel. ¿Votaremos en primavera? Si es así, probablemente ya nos hayamos puesto la cuarta dosis de refuerzo.

La gente no sé si está preocupada o resignada. Esta semana en la que no ha pasado nada, pero debió haber pasado porque la fecha límite para acordar la reforma laboral se acerca, un amigo que tiene una copistería se ha hartado de reducir y plastificar certificados de vacunación hasta convertirlos en tipo carnet, que ya no sabes si es para que tu hermano te deje entrar en la comida de Navidad o por ir al bar. Al final, plastificado o en el móvil, no tenemos que enseñarlo porque ¡oh, sorpresa! la Junta ha hecho mal la norma y el TSJ dice que no. En estas fiestas celebramos, también, que las olas no afectan -al menos por ahora- a la recuperación del empleo. En los once primeros meses del año, en la provincia se han formalizado 295.000 contratos de trabajo, aunque en el año anterior a la pandemia fueron 337.000. Sin embargo, el porcentaje de contratación indefinida es mayor que entonces. El 11% de los contratos laborales suscritos este año son indefinidos, mientras que en 2019 fueron el 8% y era, hasta hoy, el mejor dato de la serie.

Y así, empezamos una semana en la que habrá que estar atentos a los cambios normativos que se suelen publicar aprovechando la resaca de tan entrañables fiestas.

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