Tras 30 años en la directiva del Alquián, la gran mayoría de ellos como presidente, Ginés Belzunces da un paso al lado y deja la presidencia del club de su vida en buenas manos. La que él considera las mejores y siempre ha tenido buen ojo para fichajes y entrenadores. Un club de barrio humilde, que llegó a ser el cuarto de Almería tras la UDA, el Polideportivo Ejido y el Roquetas hace unas temporadas. La maldita crisis acabó con su gesta de sobrevivir en Tercera División e incluso coquetear con los puestos de ascenso a Segunda División B. Es más, llegó a meter a un juvenil en Liga Nacional, con la dificultad que tienen estas categorías de cantera. En un acto que le honra, que le supuso muchos quebraderos de cabeza entonces, optó por la superviviencia económica del Español del Alquián a endeudarse y haber entrampado el futuro del club. Ahora, con los niños como el sostén del fútbol del barrio, Ginés deja el palco, aunque él prefería ver los partidos tras la portería. Eso sí, la afición le sigue llamando presi.