Los presupuestos de la Junta de Andalucía para 2023 ya los tenemos. Las distintas consejerías del Gobierno de Juanma Moreno dispondrán de 386 millones para gastarse en esta provincia. No es una mala cifra. Al contrario, aparentemente se busca satisfacer todas y cada una de las demandas de esta tierra, de las que aún carece y que en la medida de lo posible deben saldar la deuda que los distintos gobiernos mantienen con esta tierra.

Pero aquí, como decía con las cuentas del Estado, lo importante no es tanto la cantidad que aparece, sino la capacidad de gasto e inversión que a lo largo del curso sean capaces de realizar. De poco sirve emborronar el papel con magnas cantidades, si a la vuelta de un año, cuando hagamos balance, la situación sigue siendo la misma y el proyecto no ha avanzado más allá de la cifra que 365 días antes sirvió para enmarcar y vestir un presupuesto, con la mirada puesta en el titular del día siguiente, en tus votantes o incluso en la totalidad de los ciudadanos.

La agricultura y el agua canalizan el grueso de las inversiones, en su mayoría de los fondos europeos. Como les decía sobre el papel parece lo coherente, lo necesario, lo imperioso, lo que no puede posponerse para otros años. Agua y agricultura, agricultura y agua en esta provincia son indisolubles y van de la mano. Aquellos que conozcan nuestro sector primario, y creo que la consejera Carmen Crespo cuenta con todas sus claves, problemas y posibles soluciones, entiende que todo cuanto propugne trabajar en alcanzar el equilibrio hídrico es un paso adelante impagable y, posiblemente, fundamental para afrontar el futuro con garantías. Inyectar casi diez hectómetros cúbicos de aguas depuradas en el Poniente o abundar en la mejora de los caminos rurales es una inversión para un futuro cercano que ya está ahí.

Con todo, se echa de menos algo más de concreción en proyectos que todos los días nos recuerdan los consejeros, al menos de viernes a viernes, y que brillan por su ausencia. Me refiero, por ejemplo, al inicio de las obras de rehabilitación del patio del Castillo de Vélez Blanco. Una prioridad para la Consejería cada vez que su responsable visita la provincia, pero carente de partida. Quiero entender que la encontraremos en el grueso de esas cuentas que antes de que acabe el año verán la luz, toda vez que el Parlamento Andaluz las ratifique. Tampoco veo los fondos para rehabilitar la Alcazaba ni las grandes partidas que se esperan para culminar la autovía del Almanzora. Es cierto que las obras en los tramos contratados llevan buen ritmo, pero no lo es menos que sería interesante saber si los trabajos van a continuar desde Olula hasta Baza y cuando. Parece una artería fundamental para cohesionar territorios, además de abrir la puerta de entrada a la Autovía del Mediterráneo, para dar salida de productos industriales manufacturados del mármol.