Transcurría el año 407, con la caída del Imperio Romano, que llevo a gala el nombre de Hispania y que sembró la semilla de las posteriores lenguas romances que junto a la invasión de pueblos del norte de Europa, dio paso a los Visigodos; tengo que decir que no se consideró una superposición de pueblos recién, sino que mantuvieron su propia integridad y fue Euricus Hispania Rex, el que implanto la nueva Hispania Visigothorum, dando lugar a una pre-nación, cuya capital estaba en Toledo. Con este panorama y llegado el año 711, entran los musulmanes al mando de Tarik haciéndose en poco tiempo con casi todo el territorio peninsular, al que llamaron Al Andalus, quedando de esta manera sin invadir la zona cantábrica, donde en un primer momento se formó el reino de Asturias que más tarde paso a llamarse reino de León y dentro de este se formó el condado de Castilla; ya en el siglo VIII, Carlo Magno con la intención de reconstruir el Imperio Romano de Occidente, configuro una serie de territorios al sur de los Pirineos, de los que surgirían Navarra en torno a Pamplona y Aragón con su primera capital en Jaca y lo que luego se llamaría Cataluña; en definitiva el inicio de la reconquista de Al Ándalus, se sustentaba sobre una idea común donde todos tenían una meta que era recuperar todo el ruedo ibérico, para lo cual las entidades con su romance que derivaba del latín, que caracterizo Castilla, Cantabria y la Rioja, que incluyendo a León se expandió hacia Extremadura y Murcia, llegando a los territorios de Navarra y Aragón, y que se extendió allende de los mares; por otra parte Cataluña evoluciono del latín a un romance catalán, que más tarde arraigaría en Valencia y Baleares siendo la primera entidad política el Condado de Urgel, al que siguió el de Barcelona, en otras zonas, como fue Guipúzcoa o parte de Vizcaya, por otra parte el euskera se mostró más resistente a la romanización; por otra parte la etapa Carolingia se gestionó por condes autóctonos que tenían la idea común: defender todo el contorno de la Península Ibérica. y desde ese punto de vista el primer conde de Barcelona recaía en la persona del visigodo Bera, que tuvo una gran actuación en la defensa de territorios contra el islán, le sucedería el conde de Gerona Gaucelmo que tuvo una destacada presencia en la corte de Carlomagno; después sería Sigfredo de Urgel y así numerosas sucesiones que vamos a omitir, pero que en definitiva, no se puede hablar de una Cataluña independiente, primero por la gran dependencia visigótica y después porque ciertos territorios, como el de Gótica y la Septimania debían vasallaje al rey de Francia.

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