Propósitos de Año Nuevo

Tres claves para no fracasar (demasiado) en nuestros deseos de cambio

Dejar de fumar, comer sano, hacer más ejercicio o pasar más tiempo con la familia. Estos son algunos de los propósitos de año nuevo más extendidos. Con el fin de año tenemos la sensación de que se cierra una etapa; inaugurar un nuevo calendario nos ofrece la posibilidad de una página por escribir. Esta costumbre, por supuesto, no es nueva. El solsticio de invierno implicaba para los romanos exactamente lo mismo: una nueva oportunidad para mejorar en aquellas cosas que deseaban. Escribían cartas con mensajes destinados a sus deidades donde formulaban promesas de cambio con la condición de ser favorecidos por los mismos. Desconocemos cuál sería el porcentaje de compromisos cumplidos por nuestros antepasados pero tenemos una estimación de los nuestros. Menos del 8% de los sapiens contemporáneos llega a final de año habiendo cumplido sus propósitos.

Este dato no pretende desanimarles. Más bien al contrario, intenta darles una visión realista del asunto y orientarles, en la medida de lo posible, a cumplir su buen propósito.

Hay un sinfín de fuentes, algunas diplomadas y otras no tanto, que elevan el nivel de tontería hasta tales extremos que uno acaba confundido. Escribir el deseo en un papelito, quererse mucho a uno mismo o visualizar el éxito puede estar simpático pero no sirve de nada. No obstante el grado de cumplimiento se puede incrementar notablemente siguiendo estas tres reglas básicas refrendadas, por supuesto, por estudios científicos.

Sea realista. Si pesa 140 kg no va a perder los 60 kg que le sobran en 12 meses. Se trata de buscar un objetivo razonable. Aunque pensemos, de entrada, que un año es mucho tiempo luego pasa volando. En esto es mejor quedarse corto y siempre se puede reformular el propósito. Es mucho más motivador que a los 6 meses nos demos cuenta de que podemos perder 5 kg más que comprobar que bajo ningún concepto vamos siquiera a rozar los 60 kg planteados inicialmente.

No sea ambicioso. Un objetivo o, a lo sumo, dos probablemente ya resulten una tarea encomiable. Siguiendo el principio previo es también mejor quedarse corto.

Establezca un plan de acción. Hacer más deporte o perder peso no significa, en si mismo, nada. Resulta esencial diseñar cómo va a abordar su propósito personal. Cuánto tiempo y medios le va a dedicar.

Y bueno, si a pesar de todo esto falla, el coronavirus parece que aún puede servir de buena excusa para el año que se avecina.

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