Quedémonos con este horario

Mantener el horario todo el año, a partir del próximo domingo, tendría ventajas, según los expertos

El próximo fin de semana volveremos a cambiar la hora para adaptarnos al horario de invierno que desde la Unión Europea se lleva realizando hace muchos años. Creo, a mi entender, que demasiados. El ciclo de atrasos y adelantos horarios viene sucediendo en nuestro país desde 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol, y así consumir menos electricidad, de modo que en octubre se atrasa una hora (horario de invierno) y en abril se adelanta una hora (horario de verano). ¿Vale la pena los trastornos que causa? Sin entrar en terrenos resbaladizos y cuestionar la utilidad de estos cambios horarios a finales de octubre y de abril para el ahorro energético, sobre esto hay opiniones mucho más documentadas que la mía y para todos los gustos, sí es de reseñar la iniciativa que lleva años intentado la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles de volver al huso horario que nos corresponde geográficamente, que no es otro que el del Meridiano de Greenwich, es decir, la misma hora que disfrutan nuestros vecinos portugueses y las islas británicas. Mantener el horario todo el año, a partir del próximo domingo, tendría ventajas, según los expertos, como que el sol saldría una hora antes, facilitando un despertar más natural, y nos permitiría adelantar nuestra hora de alimentación y sueño, por lo que dormiríamos más. Perderíamos, eso sí, una hora de sol por la tarde, pero no nos convertiríamos "solarmente" en un país nórdico, ya que nuestra posición geográfica es mucho más equilibrada en el reparto de horas de sol y oscuridad a lo largo del año. No obstante habrá personas, e incluso países, que quieran tener el mismo horario todo el año, mientras otros prefieren el cambio estacional como viene sucediendo hasta ahora. Una discusión que podría alargarse hasta el infinito. Yo creo que desde la Unión Europea pueden dar carta blanca a cada país de elegir, al haber argumentos para defender ambas posiciones.

Así, para los españoles, terminar con los cambios de horario resultaría especialmente beneficioso. La razón es que a ellos se añaden unos hábitos perjudiciales para la economía, la salud y sobre todo la conciliación entre la vida personal y la profesional, reduciéndose el estrés y mejorando nuestra felicidad.

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