En memoria

Rocío Fernández Zamora

NUESTRA REALIDAD

Y ojalá nuestros jóvenes no tuvieran que asimilar palabras como estas de Pepa Bueno

En la selectividad que se acaba celebrar, una de las opciones ofrecidas a los alumnos andaluces para el ejercicio de comentario de texto fue el artículo que la periodista Pepa Bueno escribió con motivo del asesinato de la profesora Laura Luelmo y esto ha sido criticado e, incluso, calificado de acto de adoctrinamiento, por el espíritu feminista que puede reconocerse en ese artículo y así, una vez más, con el rechazo al nombre llegamos al rechazo de la realidad; Pero para mí, siendo el objetivo de esa prueba apreciar la madurez y la capacidad de análisis de quienes pretenden acceder a la Universidad, que ese objetivo se busque con un texto que trata sobre uno de los grandes problemas de la humanidad, la desigualdad entre hombres y mujeres, me parece acertado y hacerlo en relación con el más cruel de los efectos de ese problema, el que, en España, ha llevado a la muerte de 1001 mujeres en los últimos 13 años, me lo parece aún más. Y es que esta desigualdad ha tenido muchas expresiones a lo largo de la historia, algunas, por suerte, ya superadas gracias a la lucha de mujeres valientes que no aceptaron ser ese "segundo sexo", y las sigue teniendo en todos los ámbitos de nuestra vida pero, sin duda, la más salvaje es la que, generación tras generación, nos lleva a ser asesinadas. Y ante esto, por amor a nuestros hijos y por la responsabilidad que tenemos con la sociedad del futuro, debemos expresar, con la fuerza que cada uno de nosotros tenga, el dolor, la rabia y la indignación que nos deja cada muerte de una mujer a manos de un hombre que ha entendido la diferencia entre géneros como una fuente de desigualdad, superioridad y poder.

Y ojalá nuestros jóvenes no tuvieran que asimilar palabras como estas de Pepa Bueno pero eso únicamente debe pasar por una razón, que ya no haya motivo para escribirlas, porque cualquier otra vendría a empequeñecer lo que ha llevado a escribirlas, y esto solo ocurrirá enfrentando a nuestra juventud con esta realidad y educándola para identificar y rechazar los motivos que hay detrás de esta eterna injusticia que hace mujeres temerosas y, cuando golpea con toda su dureza, nos trae el llanto desgarrado de padres que tienen que enterrar a una hija que estaba empezando a vivir, de hombres a los que le han arrebatado a la mujer con la que querían compartir su vida y de hijos que deberán aprender a vivir sin su madre.

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