Libertad Quijotesca

Rafael nadal, el tesón

Rafa Nadal sabe perder, ganar y antes que nada, sabe reconocer el mérito de los demás

Lo básico es creer en ti e intentar dar lo mejor de uno mismo cada día. Yo he tenido épocas malas y uno las acaba superando…Si no pierdes, no puedes disfrutar de las victorias. Tienes que aceptar las dos cosas". Rafael Nadal Parera (Manacor, Mallorca, 3 de junio de 1986) En el mes de enero de cada año se disputa en la ciudad de Melbourne el Abierto de Australia. Fundado en 1905 es el primero de los cuatro grandes torneos oficiales del tenis mundial. R. N. tuvo que interrumpir su participación en la temporada 2021 debido a una intervención quirúrgica por una enfermedad en un pie. No pudo competir en Wimbledon, los juegos Olímpicos de Tokio y el Abierto de Estados Unidos. En vísperas de la competición en las antípodas, tras seis meses de intensas dificultades e incertidumbre sobre la continuidad de su brillante y ejemplar carrera deportiva, también se contagió de Covid, Nadal afirmaba "No sabía si volvería a competir a este nivel. Soy un afortunado, vuelvo a sentirme vivo y me estoy divirtiendo. El domingo tengo una gran oportunidad. Hace poco tiempo parecía que no habría otra". Domingo 30 de enero de 2022, Rafael Nadal y el jugador ruso Daniil Medvedev (Moscú, 11 de febrero de 1996) juegan la final en la capital del estado de Victoria, fundada en 1835, sureste de Australia. Más de cinco horas de partido donde Nadal remontó épicamente un resultado que empezó siéndole completamente adverso. Ganó en Melbourne su título número 21 de 'Gran Slam', en español se traduce como 'Gran Golpe'. Al mismo tiempo se ha convertido en el mejor tenista de la historia al alcanzar esta proeza. Sus logros tienen una impronta vital ejemplar por el modo en el que los ha alcanzado. El esplendor del éxito no solo se define por alcanzar los objetivos que nos proponemos; también por los pasos que damos para obtenerlos y como gestionamos el triunfo y el fracaso. R. N. es un orgullo para el deporte mundial en general y el español en particular. Su calidad humana, los valores con los que se conduce en la vida, son un orgullo e incentivo permanente para los españoles, para todo espíritu y acción civilizadora. Su cariz es aún más sobresaliente en este presente tan castigado por el cinismo y la miseria moral e intelectual. Reconfortan sus palabras en la rueda de prensa de Melbourne porque sabe ganar, perder y siempre reconocer el mérito de los demás. ¡Grande Rafa Nadal¡

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