En las guías de campaña electoral siempre hay un epígrafe central bajo la rúbrica "razón de voto". Es uno de los elementos centrales de toda estrategia electoral que se precie de tal nombre. La razón de voto condensa los motivos esenciales que un partido va a presentar ante el electorado para pedir su apoyo. La razón de voto se declina posteriormente en los diversos mensajes de campaña y se resume en el lema central, ese que aparece en los carteles y las vallas junto a la foto de los candidatos. Un buen lema de campaña, si está bien elegido y es auténtico, representa el resumen de los motivos de un partido para movilizar a sus potenciales electores.

Todo haría pensar que en una situación tan excepcional y dramática como la que vivimos la razón de voto tendría que ver con el presente y el futuro inmediato. Con aquello que está aconteciendo y con la tormenta que se vislumbran en el horizonte. Parecería razonable, tras las vidas perdidas, las familias afectadas por la pandemia, los puestos de trabajo y empresas destruidos, los negocios quebrados, las deudas contraídas, que las razones de voto de las próximas elecciones que se celebran en la Comunidad de Madrid, tuviesen que ver con todo eso que nos está pasando y que ha cambiado nuestras vidas.

Sería oportuno, incluso alentador, que los partidos pidiesen el voto proponiendo un plan urgente de vacunación, para que en 4 meses el 80% de la población estuviese vacunada. Tendría sentido que se propusiesen medidas extraordinarias para ayudar a los sectores más afectados por la crisis económica derivada de la pandemia. Conservaríamos algo de esperanza e ilusión en la política, si los partidos compitiesen sanamente para ver quién nos saca antes de la sima económica y de desigualdad en la que estamos inmersos. Sería interesante ver como cada partido afronta las reformas pendientes para adaptar nuestra economía y nuestro trabajo a un mundo altamente tecnológico y descarbonizado, o que ofrecen para las familias que se ven definitivamente descolgadas del empelo y marginadas por las políticas sociales.

Pero seamos sinceros, nada de eso va a pasar. Desgraciadamente la principal razón de voto que se va escuchar es parar al comunismo o al fascismo, como si estuviéramos en la Europa de los años 30. Mientras la ciudadanía tiene los pies en la tierra, muchos políticos parecen vivir en Marte, hablan de sus cosas y se arman hasta los dientes para guerras que sólo a ellos les importan.

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