La tapia con sifón

Reciclado detox

El reciclado no se limitaba a los envases, se aplicaba también a la ropa y a las comidas

Hay palabras y conceptos que se ponen de moda, pero en realidad son tan viejos como el miccionar. Es el caso de los productos para desintoxicar el cuerpo de los que se habla especialmente después de fiestas como la Navidad. Siempre se han hecho curas, ayunos y abstinencias, pero ahora le llaman detox y nos venden productos milagrosos o rollos macabeos para hacer en casa. Lo mismo pasa con el reciclado. En unas pocas décadas de vacas gordas nos hemos acostumbrado a tirar envases de todo tipo e incluso el contenido de los envases, y ahora hay que aprender a reciclar, o sea, a devolver los cascos de vidrio, comprar productos a granel, usar envases de papel y bolsas de la compra de tela. Es decir, lo que todos hacíamos toda la vida hasta la llegada, ya digo, del consumismo inconsciente.

El reciclado no se limitaba a los envases, se aplicaba también a la ropa y a las comidas. Recuerdo un abrigo que me hizo mi madre con una chaqueta usada de mi padre, que fue muy comentado en mi barrio. Pero vamos a las comidas: de los restos de un cocido se hacían croquetas, ropa vieja, puchero con arroz y morcilla y/o puré de garbanzos con ajo, perejil, pimienta y aceite ("hummus" almeriense). Con el pescado frito del día anterior se han hecho siempre en Almería fideos, salmonetes con ajoblanco o picadillo de calabaza, plato conocido en toda la provincia, aunque recibía nombres y acompañamientos diferentes: picadillo en la capital y alrededores, donde se hacía con boqueroncillo o con chanquetes; en Illar es guisote de calabaza y lleva sardinillas; en Laujar se conoce como chilindrón y no le ponen ningún pescado. Venga, anímense a reciclar y desintoxicarse con este sencillo y gustoso guiso tradicional.

Piquen en trocitos 1 kg de calabaza, 1 cebolla, 2 tomates, 2 pimientos verdes crudos y 2 asados y pelados. Echen todo a una cazuela, aliñen con ajo, perejil, laurel, hierbabuena, pimentón, azafrán, sal y un chorreón de aceite de oliva virgen extra; cubran con agua fría y pongan a fuego mediano, cuidando que no falte agua pero que tampoco sobre para que el caldo quede trabado. Cuando está hecha la calabaza se añade un puñado de boquerones pequeños de los "de manojillo", que deberán estar fritos la noche anterior, o al menos un par de horas antes. Dejen que hierva un minuto, aparten del fuego y que repose un poco antes de servir. De nada.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios