Libertad Quijotesca

Recordando a Aldo Moro

Aldo Moro aprendió de Terencio: Nada humano me es ajeno. Fue consecuente

La vida es compromiso, continuidad, y al mismo tiempo, creatividad e innovación. No hacer del conocimiento algo inútil. El núcleo sobre el que germinan, crecen, se desarrollan y regeneran todas las áreas de conocimiento humano es la Historia. Convertirla en relato ideológico es síntoma de decadencia de la sociedad que lo padece. Demencial si sucede en el ámbito de una Nación que se gobierna mediante una democracia, como sucede en España. ¿Dónde quedan las exigencias éticas y morales del sistema democrático? ¿Qué fue de la separación de poderes, el parlamentarismo y la política con mayúsculas? Por eso, siempre digo que el infierno es un lugar de este mundo y somos los humanos los responsables de su existencia. Aferrada a la coherencia cervantina, ando por los caminos, porque la responsabilidad de la libertad es el mayor de los dones que se nos han dado. Andando por la playa del Zapillo vine a dar con una calzada romana, España tiene más de tres mil años de Historia y vital trascendencia, que me llevó hasta una de las figuras más interesantes de la política de Italia y Europa en el siglo XX: Aldo Moro, histórico líder de la Democracia Cristiana italiana. El viernes pasado vi la película Aldo Moro. El Profesor (Francesco Micciché, RAI Ficción,2018) El filme combina el formato documental con recreación histórica. El actor y director Sergio Castellitto da vida a Moro, centrándose en episodios de la labor docente que llevo a cabo en la Facultad de Derecho, con testimonios de algunos de sus alumnos en la Sapienza Universidad de Roma, institución fundada el 20 de abril de1303, por iniciativa del Papa Bonifacio VIII. En los convulsos años 70 del siglo pasado, en la fachada de la Sapienza se podía leer "Seamos realistas. Consigamos lo imposible". A.M. fue en dos ocasiones Primer Ministro de Italia, Ministro de Asuntos Exteriores, Ministro de Justicia y Ministro de Instrucción Pública. La película se inicia con una clase donde Moro dice "La diferencia entre el bien y el mal marca los límites de la moralidad. Sin embargo, el individuo es siempre quien elige. El principal objetivo de la Ley es salvaguardar la vida. Por eso el Código Civil es la mayor lista de derechos del individuo. En cuanto al Código Penal, abarca desde normas hasta el valor de la vida". Roma, octubre de 1974. Muy pocos son los políticos que viven en y con la sociedad. Continuará.

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