República de las Letras

Reformas en el Barrio Alto

Toda reforma para revitalizar el Barrio Alto debe tener como eje el Camino Real y empezar por la Plaza Béjar

Decía la semana pasada que casi 3 millones de euros se van a dedicar a la revitalización del Barrio Alto, el que más transformación sufrirá en esta Corporación, según el Alcalde. Y afirmaba que tal reforma debe conservar las dimensiones humanas del barrio, de su ambiente y convivencia y de su luz. Pero por idealista que uno sea no debe olvidar el aspecto económico. Empecemos, quién iba a decírmelo, por el ladrillo. Hace años ya hubo un intento de reforma del barrio de los pintores. Su fin era la demolición de las casas que dan fachada a la Rambla para sustituirlas por edificios nuevos mucho más altos -claro-. Aquello fracasó, pero la idea -con variantes- puede aplicarse ahora al que debe ser el epicentro de una reforma actual para la revitalización del barrio: la Plaza Béjar. El proceso comenzaría con la compra de las casas obreras del lado oeste, deshabitadas, desde la Churrería hasta los Pilones -con reconstrucción de su arco de portada por su valor etnográfico- y otras, desocupadas también, del lado norte y de las calles Martínez (lado este), Olmo, Pancho, Magaña, Infante, Verbena, Molino…, con un programa de reformas y actualización de estas viviendas -siempre que cumplan la legislación antisísmica y demás- para, una vez rehabilitadas, permutarlas por los pisos franquistas del centro de la Plaza Béjar, actualmente muy deteriorados y con unas condiciones de habitabilidad precarias. Los objetivos son:

1. Demolición y despeje del grupo de viviendas. En el solar resultante se construiría un parque público. Puesta en valor del refugio subyacente, con construcción de acceso a visitas guiadas.

2. Revitalización de las casas que se permutan, pues vuelven a ser habitadas por propietarios e inquilinos de los pisos. Su reforma debe ser realizada por pequeñas empresas y autónomos de la zona.

3. Actualización de infraestructuras, que beneficiaría a todos los vecinos de la zona. Los resultados del proceso serían: creación de un parque público en un área que carece absolutamente de ellos, eliminación de los infrapisos que llenan la plaza y puesta en valor del refugio subyacente, que sería visitable. Los propietarios obtendrían una nueva propiedad más amplia y más asequible desde la calle sin cambiar de barrio. Los vecinos se beneficiarían de nuevas infraestructuras y equipamientos. Se dinamizaría y revalorizaría la zona salvando su personalidad y primando la convivencia.

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