El medio y el ambiente

Ignacio flores

Regla de tres

Don Adolfo Rancaño daba clase de Química General en la Universidad de Granada y el primer día de clase nos decía que "el Babor había que sabérselo de pasta a pasta, pastas incluidas, porque es donde viene la Tabla Periódica". Mi Babor es de la 7ª edición, 3ª reimpresión, año 1965. En la página 32 dice: "... en los cambios químicos, conocidos como reacciones, tiene lugar una modificación profunda de todas las propiedades del cuerpo, ...". Y en la pág. 34 dice: "... la masa de los cuerpos reaccionantes es igual a la masa de los productos de la reacción. Esta ley se considera enunciada por Lavoisier (1743-1794), ..." Y en la pág. 35 explica la ley de las proporciones definidas establecida por Proust (pero no el escritor), en 1801. Por otra parte, actualmente solo llevan dinamo las bicicletas de paseo. Las de carreras no la llevan porque ¿pesa mucho?. Vamos a perdonarlo, porque normalmente circulan de día y por tanto gastan pocas pilas. Ahora bien, si quemamos 1.000 kg (mil) de keroseno del tipo medio que se gasta en aviación del tipo medio, en un avión del tipo medio, para hacer un viaje del tipo medio, con una carga del tipo medio, como en internet he visto que ese keroseno contiene 840 kg de carbón, que se queman, pues se producen 3.080 kg del célebre CO2 . Son cuentas aproximadas, porque ni soy un experto en aviones ni en keroseno, y me he basado solamente en lo de las proporciones definidas, o sea, en la regla de tres. Simple directa. Malo sería que no se produjera ese dióxido de carbono, porque entonces se produciría monóxido y la cosa se complicaría: por la contaminación y porque el avión no estaría quemando bien el combustible para fabricar energía. O sea, peligroso. Y esos números son para una hora de vuelo medio. Y mira por dónde me he acordado de la excursión a la Puebla del Río en 1974 del llamado "clan de la tortilla" y "el gugle" me ha mostrado la campestre foto de los asistentes, de los que me atrevo a afirmar que entre todos no gastaron mil litros de gasolina para ir al campestre almuerzo. Siempre se ha dicho que donde está el cuerpo, está la muerte. La una, sin el otro no existe. Y siempre he escuchado que, en temas de seguridad, la seguridad absoluta no existe: lo que existe es la sensación de seguridad. Conclusión: nos aferramos a lo material, pero como además, no lo valoramos justamente, somos muy consumistas. Es mi sentimiento. Por lo que observo, hemos caído en un uso desmesurado de "los signos externos de riqueza". A veces no distinguimos lo propio de lo prestado en razón del puesto de trabajo. ¡Ánimo y a ver si lo aprendemos!.

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