Reina el vacío

Confusiones: Partidos con pedigrí democrático aceptarán un partido, que por su pograma, es antidemocrático

Tortura de página en blanco o, mejor, de pantalla vacía. Pasa el tiempo y no vienen las ideas. O, mejor, pasa el tiempo y me atormentan las ideas, se atropellan. Todas pugnan por salir en tropel y es difícil ponerles un orden. Son muchos los acontecimientos, los mensajes recibidos, las experiencias vividas y es más que difícil ordenarlas y darles sentido. ¿Por dónde empiezo? ¿Tal vez por los resultados? ¿Por las consecuencias de los resultados? ¿Por los comentarios y predicciones en función de los resultados? Claro que tal vez sería preferible hablar de la preparación del acontecimiento que dio lugar a los resultados, de los cuentos que contaron, de las mentiras que se dijeron, de las pobres y escasas defensas de las cosas bien hechas, de la nula petición de excusas y de perdón por los errores cometidos, del no reconocimiento de esos errores, de la evacuación de falsas promesas, de promesas no menos falsas que vacías, de la arrogancia sin sentido, de las descalificaciones sistemáticas, del autobombo sin fundamento. O por las predicciones hechas antes de llegar el evento, de las interpretaciones de las predicciones, de las críticas a las predicciones, del apoyo a las interesadas. ¿Y qué decir de esas actitudes adoptadas por los líderes una vez conocidos los resultados? ¿En qué principios de derecho político o de elemental lógica política pueden apoyarse para reivindicarse como los elegidos para dirigir el gobierno contando solo con un 18% del voto emitido? O ¿qué quieren decirnos algunos con su afirmación de haber "ganado" las elecciones? ¿Por qué declararse con tanta ligereza ganador o considerar a los demás "`perdedores"? Y sigue el reino de la confusión con las personas que no aceptan los resultados, y se creen en el derecho de negar representatividad y participación en las instituciones a quienes, con las artes que hayan considerado más adecuadas, y posiblemente en muchos casos con más claridad en sus propuestas que ninguna otra candidatura, han conseguido los escaños que le corresponden en derecho. Y más confusión: partidos con pedigrí democrático aceptarían no solo el apoyo, sino también la participación en un eventual gobierno de un partido que, por su programa, es antidemocrático. Este escrito es muy confuso. Ya lo sé. A mis críticos les pido disculpas. Pero mi cabeza no da para más. Tal vez no sea más que reflejo de la situación que estamos viviendo.

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