Republicanismo efectivo

Apostar por lo público, enseñanza incluida, es pagar los impuestos a los que nos obliga nuestra Hacienda pública

Escuchar de boca de cualquiera de nosotros lo enriquecedor que resulta estudiar en el extranjero durante un tiempo, lo vemos de lo más natural. Pero como los reyes nos resultan ajenos, ¡no estamos dispuestos a consentírselo! No es otra la explicación que le podemos encontrar a esa estupidez disfrazada de discurso republicano que anda por nuestras calles y plazas.

Tampoco falta ese lúcido, por lucido, "eso es no apostar por la enseñanza pública española". Apostar por lo público, enseñanza incluida, es pagar los impuestos a los que nos obliga nuestra Hacienda pública cada ejercicio fiscal. Y, por supuesto, además de pagarlos, no pedir que nos los rebajen porque nos gastamos los cuartos en decisiones personales que más nos interesen. ¿Acaso no somos cada cual responsable la propia vida familiar?

El culmen de las críticas lo vamos a encontrar en ti, perfecto desconocedor de cualquier otro idioma que no sea tu lengua materna: ¿eres de los que se parten el culo cuando alguno de nuestros representantes públicos habla esperpénticamente en lengua extranjera y te encanta llenar de carcajeantes emojis las redes cuando otro de tus correligionarios lo comparte militantemente? Bueno, pues ya sabes que eso no le pasará a la futura Jefa del Estado (en el caso de que no seamos república antes).

Y entonces, si cabe un ítem más, vas y lo rematas con un: "¡pero es que lo hacen con nuestro dinero!" Vamos a ver, ¿no es también dinero público el que cobramos todos los funcionarios? Incluso aquí yerras: ¿no es acaso dinero "público" el que te gastas en una tienda de chuches…, del cual el chuchero habrá de pagar sus propios impuestos para que reviertan en el bien público y común?

Si lo que queremos es combatir el sistema monárquico desde cada una de sus aparentes contradicciones, seguiremos practicando un republicanismo que sólo sirve para acrecentar la insatisfacción de una aspiración legítima. ¿Le pediremos a los reyes que se pongan a la cola y soliciten una beca para mandar a su hija al extranjero, tal y como hacen tantas otras familias de compatriotas?

Podemos discutir sus sueldos, sus privilegios, lo injusto de no estar sometida a sufragio la jefatura de nuestro Estado, etc.; pero una vez establecida la norma, sólo nos queda pedir transparencia, rendición de cuentas, compromiso con quienes peor lo pasan, combatir la injusticia social, y aceptar las críticas, también las rapeadas.

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