Rodolfo: Oro de Almería

Reaparece en su pletórica madurez ante la sociedad almeriense, que lo abraza y reconoce con la Medalla

El Ayuntamiento capitalino ha concedido la Medalla de Oro de la ciudad de Almería al profesor Rodolfo Miranda Soriano, doctor en Ciencias Físicas y catedrático de Física de la Materia Condensada de la Autónoma de Madrid, de la que fue vicerrector, además de director del instituto de investigación IMDEA, Nanociencia, una institución insigne en el mundo de la ciencia. En el acto de entrega, celebrado el día 20, en el Salón de Plenos, el Alcalde aludió reiteradamente a Rodolfo Miranda como una eminencia en el universo de la física y la nanotecnología, aplicado al desarrollo de nanoimanes, objetos moleculares, dispositivos cuánticos y sus múltiples usos, para justificar la distinción munícipe. Y no exageró nada, doy fe. Por su parte Rodolfo, el paisano galardonado, nos recordó su infancia, sus estudios y amistades juveniles, a su novia de siempre y esposa para toda una vida, Mª del Mar, habló de sus raíces locales, como elementos basilares de su formación humana y proyección científica. Y escuchando a Rodolfo, con quien compartí adolescencias en todas sus cuitas, -entre guitarras, cariños, dudas, dunas y cielos estrellados-, se me fue encarnando entre recordanzas biográficas aquella metáfora, tan cara, de la semilla del bambú, que, como sabrán, una vez sembrada, parece infértil y pasa varios años silente, solapada, creando bajo tierra, a su alrededor, una recia estructura de raíces sobre la que, 5 o 7 años después, germinarán sus primeros tallos. Pero amigo, una vez que estos brotan ya no paran de crecer, y en unas pocas semanas pueden alcanzar hasta los veinte y treinta metros de altura. Casi se ve la caña crecer y alzarse, altiva, día a día.

Es un proceso de largo recorrido incompatible con la impaciencia y los resultados cortoplacistas de tantas otras vidas desperdiciadas por carecer de sentido y metas. Un proceso de perseverancia ejemplificado en Rodolfo Miranda quien, tras décadas viviendo fuera, entregado a sus trabajos académicos o de investigación, reaparece en su pletórica madurez ante la sociedad almeriense, que lo abraza y reconoce como digno receptor del Oro de la Ciudad Almería. Un material, el oro, que le va de perlas, al ser producido por "nucleosíntesis de supernovas y la colisión de estrellas de neutrones", y que en forma de medalla reluce hoy en su pechera almeriense, para orgullo propio y de los paisanos que lo queremos y admiramos. Enhorabuena, sabio amigo.

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