República de las Letras

Sanidad pública de calidad

La derecha opina que la Salud es un sector económico más que debe engrosar los beneficios de la empresa privada

La Sanidad Pública española se está deteriorando. Ha crecido la especie de que el sistema no se sostiene. Saben los que dicen esto que, entre sus fortalezas, la más importante es su extensión: es un sistema universal. Otras, las inversiones ya realizadas, su personal, altamente cualificado y bien formado, y su excelente funcionamiento. Sus debilidades las concretan en que constituye un gasto enorme, difícilmente sostenible para nuestro país. O sea, que la causa de su estado actual es principalmente la falta de financiación. No faltan médicos, los hay, pero como no se les paga prefieren irse al extranjero, perdiendo el país así la inversión hecha en su formación y beneficiándose otros de ella. No faltan enfermeras, es que no se quieren contratar más. No faltan celadores, ni auxiliares de enfermería, ni ningún otro tipo de personal. Lo que falta es dinero para pagarlos. Y ese dinero falta, no porque no lo haya, sino porque no se presupuesta en virtud del criterio liberal de que el sector privado debe sustituir al sector público.

Ha sido la Comunidad de Madrid la que ha dado el gran paso adelante. En Andalucía se está siguiendo esa senda, aunque de forma más callada. El S.A.S., y sobre todo la Atención Primaria y las Urgencias, están en franco proceso de deterioro por la falta de inversiones de la Junta de Andalucía. Desde luego, era de esperar. La derecha, el liberalismo acomodaticio que sustenta, derivado del neoliberalismo tatcheriano de los 80, opina que la Salud es un sector económico más que debe engrosar los beneficios de la empresa privada. Esta, ojo, no pretende que desaparezca la Sanidad Pública, sino que se reduzca a atender, de una forma barata y minimalista, a los pobres, a esos que nunca van a ser sus clientes. Y que, por el contrario, la Sanidad de calidad, sea la privada. Tampoco van a ser sus clientes las minoritarias clases altas. Estas pueden pagarse médicos y hospitales caros, sobre todo en el extranjero. El filón está en las clases medias, que pueden pagarse un seguro médico de los que están proliferando como hongos en los últimos años. Todo esto no es nuevo, lo han tomado -como casi todo en su ideología- de los americanos, cuya Seguridad Social se reduce a inmigrantes y negros pobres. Las competencias en Salud están transferidas, pero el gobierno debería intervenir en este asunto tan crucial. Si es necesario, que se rescaten competencias.

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