A dos metros

Ricardo Alba

Semana Santa sin Iglesias

Sánchez es Sánchez y sus pactos y la guillotina y su corrillo de centuriones parapetados con caparazones de galápagos

Las cosas en este barrio no pintan bien, pintan fatal. Hasta ayer como quien dice, la primavera comenzaba cuando lo anunciaba el Corte Inglés con independencia del Observatorio Astronómico Nacional, su equinoccio, y el cambio de hora. Igual sucedía con el verano, llegaba con la portada de Ana Obregón en biquini. Uno sabía a qué atenerse sin la molestia de estar pendiente de si el día 4 de mayo cae en martes o en domingo, por poner.

En las portadas revisteriles de hoy, de ayer, de anteayer y así de seguido, te plantan a todo color la historia de cuernos de participantes en MHYV o en este otro de GH, o a una ministra y sus confesiones maternales. Así no hay manera de ordenar las estaciones climatológicas, menos aún y mucho peor con el ERE del Corte Inglés adonde parece haber tomado tierra el invierno online. Se cayeron los palos del sombrajo económico y del famoseo.

Esto no es sino el reflejo del desconcierto húmedo de este país, en el que ya no se discierne si tenemos a un bolivariano en el Gobierno central o a un vicepresidente en la barricada con pancarta en mano. Todo el pecado no es suyo, en gran medida ha de atribuírsele su cuota a la mano monclovita que le glorifica y que no es socialista. Un socialista acreditado no hubiera permitido llegar hasta donde estamos. Pero…

Sánchez es Sánchez y sus pactos y la guillotina y su corrillo de centuriones parapetados con caparazones de galápagos. Sánchez es el de la apisonadora fusilera, el de la foto con Iglesias como presentando la última Nintendo porque a ese teatrillo han rebajado los PGE. Sánchez es siempre Sánchez, incluso en las elecciones autonómicas aunque ahora un poco menos por el gesto este de Iglesias, lo de jugarse su futuro que es como decir el nuestro a tres meses vista visto que Sánchez sin Iglesias es menos Sánchez, como lo será menos la bancada de enfrente o enfrentada propiamente al quedarse sin las réplicas del verbo democrático.

Iglesias es ministro (aún) de las residencias de ancianos contra el principio Aristotélico de que "no es posible que una misma cosa sea y no sea a un mismo tiempo", o sea, Iglesias no ha visitado ni una sola residencia de ancianos pese a ser asunto de su (aún) ministerio. Esto es lo único que ha hecho, que no sería nada si no tuviera sobre todo bien cogido a Sánchez. Se le ha escapado Gabilondo, algo que no le afecta al ser para él una pieza menor, o quizá acobardado ante la descomunal distancia intelectual entre ambos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios