Semana rara

Recuerdo que ponía a grabar todas las retransmisiones de procesiones que luego no me daba tiempo a ver

Los El año pasado al menos todo el mundo estaba aplaudiendo a los sanitarios y temiendo que si iban otra vez a la tienda porque se les había olvidado comprar una lata de atún estuviera haciendo algo ilegal. No es que no fuera Semana Santa, es que no era prácticamente semana, además recuerdo que restringieron aún más las actividades. Pero por fin ya tenéis esa Semana Santa laica tan añorada y a los capillitas recluidos en sus capillas. Ya tenéis las calles para vosotros solos, ya no os molestan impidiéndoos cruzar la calle. Javier Marías no nos va a obsequiar como todos los años rezongando sobre los pesares que le causan las procesiones.

Sólo falta que haga buen tiempo y te dejen ir a las playas y a los chiringuitos para que los odiadores oficiales de la Semana Santa y de todo lo que huela a católico (el concordato, huy, huy, el concordato, la inmatriculación de bienes) puedan disfrutar a su gusto de unas vacaciones en una semana que a lo mejor tampoco se puede llamar santa, Podemos cambiarle el nombre a Semana Laica para así joder de verdad a los meapilas de las velas y los inciensos que se creen que la calle es suya.

La calle es de todos los que se quieran manifestar a cualquier hora y por cualquier cosa haciendo todo el ruido posible e ilegal (existe una ley del ruido) y fastidiando democráticamente al resto del mundo. A lo mejor tenemos que acostumbrarnos a esta realidad antigua e interminable donde se puede jugar arbitraria e impunemente con los datos, las normas, los horarios, las restricciones y los juegos políticos perversos. Y qué pasará cuando esté vacunado un porcentaje suficiente o los contagios y contagiados sean ínfimos, a lo mejor tendréis que fastidiaros con grandes aglomeraciones saliendo a ver a los tipos de las velas y los inciensos y yo vaya como un mequetrefe salido del rebaño (ya habrá inmunidad de rebaño y además rebaño) buscando cuadernillos de horarios de procesiones y comprando periódicos con apartados de procesiones.

También recuerdo que ponía a grabar todas las retransmisiones de procesiones que luego no me daba tiempo a ver y tenía que borrar y hasta veía la rancia película de Semana Santa de turno, que por supuesto es franquista, como Marcelino, pan y vino. Y al final ni procesiones, ni buen tiempo, ni economía, ni poesía, ni teatro, ni pequeño comercio y policía en playas buscando madrileños. La verdad es que nunca estáis contentos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios