Opinión

Joaquín Pérez de la Blanca Pradas

Sentido de Estado

Son momentos en los que la carrera política debe quedar al margen, arrinconada y, si me permiten, olvidada

Escribo estas líneas confinado en mi domicilio, como la mayoría de los españoles, por el estado de alarma decretado por el Gobierno. Trato de aprovechar estos días para trabajar en lo que atañe a mi grupo municipal, estudiando medidas que proponer al equipo de Gobierno, como en temas de mi despacho, atendiendo a aquellos clientes que precisan una respuesta a sus problemas. Igualmente realizo tareas en el hogar y dedico un tiempo muy valioso a mi hijo, que en otras circunstancias hubiera sido del todo imposible.

Día tras día no ceso de reflexionar sobre cómo esta situación cambiará la vida y nuestra forma de pensar. ¿De verdad será así? ¿Cómo lo hará? ¿Será necesaria una reconversión social? Desde luego es un pensamiento que inquieta a cualquiera, como todo aquello que le es desconocido. Pero lo cierto y verdad es que son momentos en los que determinados valores y principios deben primar por encima de ideologías e intereses particulares: la unidad, el bien común y el interés general. Y es que los políticos debemos hacer un esfuerzo para tratar de conseguir el máximo beneficio para nuestros conciudadanos por encima de todo, ahora más que nunca. En estos momentos es cuando se advierte el verdadero sentido de estado, en unos y en otros, o solo en uno, o tal vez en ninguno.

Y es que no son tiempos para buscar rédito electoral, ni tampoco parcelas de poder. Son momentos en los que la carrera política debe quedar al margen, arrinconada y, si me permiten, olvidada. Muchas vidas pueden depender de una toma de decisión, y que, dependiendo de la actitud de unos y otros, se puede contribuir, aún sin saberlo, a que la situación empeore.

En esta situación quiero trasladar todo mi apoyo al equipo de gobierno por las medidas que se adoptaron antes de esta terrible situación y todo mi apoyo a las decisiones que se están tomando y que habrá que tomar en los próximos meses para tratar de paliar las consecuencias que deberemos afrontar en un futuro; por supuesto desde el consenso y la máxima colaboración. Somos conscientes de que esta crisis nos ha superado y que se están cometiendo y se cometerán errores en su gestión, pero ahora toca arrimar el hombro, ya que la fragmentación nos hace más vulnerables. Quisiera por último mandar un cariñoso abrazo y mi más sentido pésame a los familiares de todos los fallecidos por causa de esta terrible pandemia y mi agradecimiento a todos los profesionales de los distintos sectores que, arriesgando su salud, están haciendo esta situación llevadera y sostenible.

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