Sexomanía mutante

Es la consagración del mito identitario subjetivo sin más requisito que la propia emocionalidad

Apesar del rechazo del Consejo del Poder Judicial y los colectivos feministas más insignes, el Consejo de Ministros aprobó tramitar la llamada "ley trans y personas Lgtbi", con un texto similar al del anteproyecto de 2021 que, al decir de la Ministra Montero ahora se ve mejorado aunque sin «grandes cambios». Lo que significa que cualquier mayor de 16 años podrá variar de sexo binario y pasar de hombre a mujer o viceversa, (porque esa otra categoría títere del sexo "no binario", ya no cuela), sin más requisito legal que auto definirse como le plazca, al margen de cómo conste inscrito en el Registro Civil. Y ello sin necesidad de informe médico ni psicológico que verifique que concurra algún rasgo orgánico que lo justifique: o sea, que basta la «identificación autopercibida» de cada cuál sobre su conciencia sexual, para imponer al mundo, como una realidad biológica irrefutable, el género al que se adscribe. Es la consagración del mito identitario subjetivo sin más requisito que la propia emocionalidad, tan cara a esta sociedad tan líquida y modernilla. Y sanseacabó, qué puñetas, la rancia tiranía anatómica que justificara recelos, como aquel del vaticano que para evitar mas "papisas Juanas", exigía que un diácono palpara los testículos de cada nuevo pontífice para acreditar que "duos habet et bene pendentes" (o que le colgaban, vaya). El caso es que a falta de otras cuitas que legislar el Congreso terciará ahora en codificar el derecho universal a figurar asexuado según se sienta uno o una, no solo, para vivir su lascivia según le plazca, lo que es legítimo siempre que respete al resto, sino como fundamento eficiente para disfrazar su condición anatómica y genital, ante un mundo cada vez menos estable y fiable. Un derecho que no descarto invocar, siquiera a ver si me cambiara la edad porque la verdad, la que consta en mi DNI la veo excesiva y ya puesto, la percepción del tiempo y la del sexo, es parecida, ¿o no? Y si me "autopercibo" con menos años, puede que hasta las goteras de la edad se alivien, que esa es otra. Peor será que tal sexomanía mutante inspire a algún deportista o algún preso, a registrarse como chicas, para competir o compartir celdas con féminas inadvertidas. O viceversa. Aunque, chunga aparte, si se conocen los trasfondos de la delirante iniciativa (vean la web: contra el borrado de mujeres), se entiende mejor su rechazo por el feminismo serio y coherente.

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