República de las Letras

Spain is different

Ciudadanos se ha posicionado contra Podemos, no por devolver la dignidad y la credibilidad a la política

Spain is different, decía el eslogan de la época de Fraga, años 60. Y lo sigue siendo. Ni la modernidad, ni la incorporación a la Unión Europea han conseguido que este país de segunda, este desgraciado país llamado España, se incorpore a, como se decía también en aquella remota época, "el concierto de las naciones". En ningún país de Europa estaría gobernando un partido que los jueces han condenado como delincuente. En ningún país de Europa estaría gobernando un sujeto cuyo testimonio en un juicio ha sido calificado por el tribunal como no creíble, es decir, falso testimonio, es decir, mentira. En ningún país de Europa gobernaría un partido con mil condenados, investigados o acusados de corrupción. Y en ningún país de Europa, ya que el partido delincuente y el falso testigo no han tenido la decencia de convocar elecciones, se dividiría la oposición para echar al partido y al falso testigo a su casa de una vez. Spain is different. Es vergonzosa la actitud de Ciudadanos, que por miedo a la entrada de Podemos en el gobierno no apoya la moción de censura presentada por el jefe de la oposición, como ya hizo en Murcia y en Madrid, cuyos gobiernos regionales ha conservado el partido delincuente. Ciudadanos, la nueva derecha -que también abarca, como antaño el PP, a la extrema derecha: este desgraciado país está condenado a no tener nunca una derecha democrática y sin sombra de franquismo, una derecha europea-, Ciudadanos, digo, no ha estado tampoco esta vez a la altura de un partido de derechas joven y europeo. Se ha posicionado contra Podemos, no por la gobernabilidad, no por devolver la dignidad y la credibilidad a la política y a las instituciones, sino única y exclusivamente contra Podemos, lo que reabre y profundiza la brecha que tantas veces en la Historia ha llevado a este desgraciado país al enfrentamiento interno. Ahí Ciudadanos no ha sido -tampoco esta vez- europeo. Con la sentencia de la Gürtel, en cualquier país europeo el presidente del gobierno habría presentado la dimisión inmediatamente. Pero al no hacerlo el falso testigo, la oposición en bloque habría apoyado la moción de censura presentada por el jefe de la oposición, sin más. Los pactos, hechos por políticos dignos, habrían llenado de contenidos tal acción parlamentaria y el partido delincuente, a esta hora, estaría en funciones. Pero esto es España. Y, como decía Fraga, Spain is different.

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