La tapia con sifón

Sucedáneos hipócritas

Según algunos estudios, los españoles que toman bebidas sin alcohol lo hacen por tener que conducir

El sábado pasado comenté algunos sucedáneos clásicos, aquellos que servían para sustituir originales más caros. O para dar gato por liebre, como la palometa ahumada que le vendían como salmón a un conocido y rico político franquista almeriense en un bar cercano al Ayuntamiento. Ahora hay un buen puñado de sucedáneos que son más caros que el original y, por tanto, no esconden su falsedad sino que la exhiben con orgullo: cerveza, vino y licores sin alcohol; hamburguesas, filetes de ternera o muslos de pollo sin carne, queso sin leche y leches de los más variados vegetales. Según algunos estudios, los españoles que toman bebidas sin alcohol lo hacen por tener que conducir; en segundo lugar porque son más saludables, en tercero por la resaca y por último por las calorías. El 73 % de los jóvenes dice que estaría dispuesto a dejar de beber alcohol. Otra cosa es que lo hagan, pero en cualquier caso está claro que la tendencia 0'0 se está imponiendo y son muchas las marcas que ya han apostado por este tipo de productos. Hace años que salieron las cervezas sin, y ahora aparecen los espirituosos. No he probado los actuales vinos sin alcohol de Torres, Matarromera o Vintae, pero los que probé hace unos años eran sencillamente imbebibles. Tampoco me acercaré a la Tanqueray 0'0, a pesar de que es mi ginebra seca favorita. Hace años probé un ron y un whisky hechos en Motril y eran espantosos. En cuanto a las leches y las carnes, la mayoría están hechas con soja, cuyo abuso no es recomendable por su cantidad de isoflavonas (dicen los expertos), y mucho menos para niños, gestantes y otros sectores delicados. Además, llevan aditivos: el tofu, solidificantes como sulfato de calcio, cloruro de magnesio o cloruro de calcio. El seitán está hecho con gluten cocinado con alga kombu, salsa de soja y jengibre. Y la heura (un invento español que imita al pollo y la ternera) está elaborada con proteína vegetal y numerosos ingredientes y aditivos; es un alimento muy procesado, con bastante sal y grasas saturadas. Sanísimo. Por los cataplines. Pero son tendencia. Y también un éxito evidente de la hipocresía: si abominan de la carne, la leche y el vino, ¿por qué toman sucedáneos que los imitan? Que coman verduras, que están riquísimas, sin tener que disfrazarlas de hamburguesas. Cobardes de la pradera, que diría Chiquito.

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