Suerte

La suerte también marca quiénes somos. La suma de hechos personales crean en parte nuestra identidad

Por En varias ocasiones he compartido reflexiones sobre este concepto. A veces he considerado que era un concepto vacío en el que metiamos lo que no podíamos explicar. Otras veces he aceptado la posibilidad de una suerte de lo fortuito, y con eso abría la puerta al azar y a la incertidumbre de Heissebberg. Pero en estos casos rechazaba la idea de una determinación, ya fuese de orden místico o natural. La suerte no podía existir de forma preexistente sino como una singularidad, un hecho consumado. No obstante si es cierto que los hechos benéfician/perjudican a unas personas más que a otras sin que sepamos por qué. La suma de elementos en un contexto generan estas estadísticas y por eso cabe la afirmación de que la suerte, como hecho consumado (no preexistente) existe. Hay que aceptarlo. Los hechos, creo, tienen relación entre sí y según su naturaleza generan nuevos hechos vinculados de donde resulta una cadena de hechos consulados positivos o negativos para un afectado. De todo esto no se si se puede extraer una teoría, pero si fuese posible estaría versada sobre la idea de la singularidad y que cada hecho genera atracción o repulsión, respecto a los demás, tal como los átomos. Por otro lado las opciones del ser humano son pocas ante esto. Para cambiar la suerte lo único que se puede hacer es modificar algún elemento del contexto donde están esos hechos. El éxito o virtud del cambio radica en la elección del elemento a cambiar. Es conveniente elegir uno esencial, uno que lleve el peso del hecho. Una buena estrategia de elementos alterados puede producir buenos resultados cuando la suerte es muy fuerte. Pero lo importante es que hay que modificar elementos de forma periódica porque la suerte, como el río, busca siempre su lugar natural; es incesante e insistente. La suerte también marca quiénes somos. La suma de hechos personales crean en parte nuestra identidad. Todo lo que pasa nos afecta y forma parte de nosotros. Por eso hay que reflexionar sobre ello; meditar sobre lo que nos pasa porque no a todos nos pasa lo mismo. La suerte es caprichosa, infantil, pasional, pero nos revela datos importantes de nuestra existencia. Saber esos datos hace también al análisis de la suerte un buen método para obtener información, de alguna forma es una manera de saber quienes somos hoy, quienes hemos sido antes y quiénes podemos ser en otro momento de nuestra vida futura.

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