República de las Letras

Tapas

Una de las señas de identidad de Almería son sus tapas. Si las atacan, que se queden con su capitalidad gastronómica

Postulan a Almería como capital gastronómica. Está bien. Eso movería el cotarro hostelero. Por otro lado, hay quien se queja de que aquí los guiris con un par de tapas y unas cervezas comen por pocos euros. Tanto los que propugnan la capitalidad gastronómica como los que ven un derroche en no cobrar las tapas participan de esa teoría económica, ya vieja, que ponen en práctica los bancos y las grandes superficies comerciales: ¿por qué dar gratis algo que se podría cobrar? Los bancos te cobran las tarjetas. Los grandes centros comerciales te cobran las bolsas con la excusa de la ecología. Pues bien, ahora hay quien dice que, por lo menos a los guiris -que no a los autóctonos, que no somos tontos-, les cobren las tapas. Que es que se pasan los guiris: cogen a sus niños, se aposentan en la barra de un bar, se piden dos cervezas sin alcohol y dos refrescos y comen a base de tapas. Se aprovechan y se ponen morados toda la familia por, a lo mejor, 12 € en total -que es que comen como pajaricos, eso también-. Si se cobrara la tapa como es debido, como hacen en Madrid, en Sevilla, en Málaga…, ¡cuánto más ganarían los bares!, dicen. Y ya hay quien se lo ha creído. Hay bares que te ponen un suplemento por ciertas tapas de su pizarra, las de más calidad. ¿Cuándo se ha visto eso en Almería? Conmigo que no cuenten. Una de las señas de identidad de Almería son sus tapas. Ojo, no las novedades gastronómicas de sus tapas, que eso importa menos, sino la gratuidad de esas tapas. Resulta que el mayor aliciente para el consumo en bares -en general, en la calle, con lo que el resto del comercio también participa de los beneficios- es precisamente que por una cantidad muy asequible se come decentemente a base de tapas en cualquier terraza de la ciudad. ¿Qué las tapas son las mismas, o son las de siempre? ¿Y qué? Precisamente esa es otra de las fortalezas del sistema de tapas almeriense: su predecibilidad. Uno sabe a dónde ir a comer careta -El Zagal- o pipirrana -El Quinto Toro- o pincho moruno -Quiosco 18 de Julio- o queso de cabra a la plancha -Morato- o bravas -Bonilla- o soldaditos de pavía -Plaza- o caracoles -Urci-, etc., etc., etc. Todo, por unos pocos euros. Por eso, si atacan la tapa de siempre, que se queden con su capitalidad gastronómica. Y si las cobran, también. Yo, por lo pronto, me voy a comer buen pescado del día "aca" Waldo, en Plaza del Carmen. ¿Ustedes gusta

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