El Pingurucho

Adriana VAlverde

Tarifazo al agua

Ahora, ante la urgencia, el alcalde se acuerda de que aquel pacto por el agua debe cumplirse

En el último pleno de Ayuntamiento de Almería, el alcalde, junto con el ex concejal de VOX, aprobó la subida del 20% en la tarifa del agua y alcantarillado, a pesar de que los socialistas le advertimos de que llega en el peor momento posible.

El abastecimiento de agua es un problema para nuestra ciudad. Desde hace dos décadas se viene advirtiendo al Ayuntamiento que la reserva de agua de los pozos de Rambla Bernal está bajo mínimos y que consumimos más agua de la que el pozo es capaz de servir con calidad. La Junta de Andalucía urgió al Ayuntamiento, gobernado por el PP, a buscar otras vías que asegurasen un abastecimiento suficiente y de calidad para todos los almerienses.

Es por eso que en 2005 tanto Partido Popular, como PSOE e IU, los tres grupos con representación entonces en el Consistorio, firmamos un pacto por el agua con la finalidad de poner coto al problema del pozo y asegurar que los almerienses no se vieran perjudicados.

Desde aquel pacto han transcurrido 15 años, en los que siempre ha habido un alcalde del PP, que no ha movido un dedo para solucionar un problema más que conocido. Ahora, ante la urgencia, el alcalde se acuerda de que aquel pacto por el agua debe cumplirse. El problema es que llega tarde, mal y en el peor momento. En mitad de una pandemia, con los hogares almerienses pasando serias dificultes para llegar a fin de mes, el alcalde y su equipo de gobierno, en una actuación opaca y sin contar con la oposición, ni consensuar una solución, decide usar un mayor volumen de agua de la desaladora de Almería para dejar descansar los pozos de Bernal.

Los socialistas estamos a favor del uso del agua desalada, pero esto supone un coste altísimo que vamos a pagar en los próximos años, con una subida del 20% en el recibo del agua y de alcantarillado. La mala gestión y la dejadez del alcalde harán que los almerienses paguen vía impuestos hasta 2021 ese tarifazo y que, a partir de ese año, lo sufran directamente en el recibo de agua.

¿Por qué no se puso a trabajar el alcalde antes, cuando sabía perfectamente que este problema no se podía posponer más? ¿Por qué no ha consensuado con la oposición los plazos y métodos para abastecer la ciudad de agua desalada? Esto no deja de ser una consecuencia de la política de "ordeno y mando" del alcalde, que provoca que los almerienses paguen directamente esta política con su impuestos y su dinero.

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