ALGO muy triste y casposo sucede en la gestión del municipio de Huércal-Overa como para haber quitado de la marquesina de su Teatro Municipal el nombre de uno de los poetas más grandes de la generación del 27, el marinero en tierra, Rafael Alberti. Según el concejal de cultura (o incultura), Antonio Lázaro, una de las razones que le ha llevado a tomar esta decisión es que el poeta gaditano no guarda vínculo con el pueblo. Pero se trata claramente de otro ejercicio de limpieza ideológica liderada por el PP, no creo que vayan a cambiarlo por el de Miguel Hernández o Federico García Lorca, más bien por el de José María Pemán o algún autor local de Huércal-Overa que ni usted ni yo conocemos. La derecha, además de meterle mano a los nombres de los teatros donde gobierna, ahora quiere cambiar la filosofía y los entresijos de RTVE. Habrá que prepararse para lo peor, ¿Quizá la quema de libros?