Hubiera querido titular esta columna "la historia interminable" pero es una frase apenas un poco menos utilizada que mentirosocompulsivo, que ya se ha decidido que es solo una palabra. Además es un libro que no me extrañaría que en Canadá lo quemaran. Allí en cuando no les gusta algo queman libros infantiles. En este caso, razones no faltan. Un huerfanito solitario se pone a leer (¿quiere esto decir que leer es cosa de inadaptados?) y en su fantasía cosifica a un dragón al que pone a trabajar sin dar de alta ayuda a una princesa porque, claro, como es mujer, no puede valerse por sí misma. Pero volvamos a lo interminable que nos ocupa: la temporalidad. Desde que hace 35 años se introdujo "temporalmente" la contratación temporal, no ha habido Gobierno que no proponga "acabar con la dualidad del mercado laboral" y reducir la elevada cantidad de modalidades contractuales. Ello solía terminar creando una modalidad más. Ahora, volvemos a intentar reducirlos en una nueva reforma laboral que se anuncia para antes de fin de año. Lo primero que sorprende es que, vaya por Dios, se propone un nuevo contrato temporal. Tendría una duración de tres meses, debería haber una causa, (como si en los actuales no se exigiera-teóricamente, al menos-que haya una causa) las circunstancias concretas que lo justifican y lo sería por circunstancias de la producción y de sustitución de la persona trabajadora. Casualmente existen, actualmente, el contrato eventual por esas mismas circunstancias y el de sustitución. Si bien este último como no decía de la persona trabajadora, igual alguien pensaba que era para sustituir grifos. Ya está aclarado.

¿Cómo no vamos a ser escépticos?. El caso es que los males del mercado laboral son de sobra conocidos y se detallan cada quince días: precariedad laboral que impide a las personas hacer planes para su futuro (vete a pedir una hipoteca y dile al banco que tu contrato laboral empezó el lunes y acaba este viernes). El problema es que, tanto años de actuar igual, nos ha instalado en una cultura de la temporalidad. Lo hemos asumido: ¿cuántos días me quedan para cobrar el paro? ¿Cuánto me ahorro despidiendo el viernes, contratando el lunes? Y también porque quien más aboga por acabar la temporalidad - la Administración- tiene mayor porcentaje de trabajadores temporales que el sector privado. Sobre cómo quieren acabar con ello, se hablará mucho en los próximos meses.

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