El número de diputados no adscritos a ninguno de los grupos parlamentarios constituidos al inicio de la legislatura en el Parlamento de Andalucía se ha visto considerablemente incrementado esta semana. Por sorpresa, sin el acuerdo de los diputados afectados, aprovechando además que Teresa Rodríguez estaba de baja por maternidad, Adelante Andalucía ha expulsado de su grupo a 8 de sus 17 diputados.

Izquierda Unida y Podemos resolvían así, por las bravas, las diferencias internas de un grupo surgido de una candidatura de coalición, toda vez que las confluencias dejaron de confluir y las mareas acabaron mareadas.

Se trata de una medida que, desde el punto de vista jurídico, ofrece muchas dudas sobre su ajuste a derecho. De hecho, la resolución ha contado con el informe contrario del Letrado Mayor, cuya función es precisamente la de procurar asistencia técnica y asesorar a la Mesa de Parlamento y a su presidente.

Es la Mesa del Parlamento, órgano rector de la cámara, la que ha decidido sobre una disputa interna del grupo parlamentario, tomando partido por una de las dos facciones. Son los partidos representados en la Mesa -en este caso PSOE, PP y VOX- los que han decidido acerca de un conflicto interno en el seno de un grupo parlamentario. Es decir, los rivales políticos de Adelante Andalucía son los que han decidido quién representa legítimamente a Adelante Andalucía. ¡Toma ya!

No les ha movido a ello la afinidad ideológica, ni la táctica política, ni mucho menos el interés general de los andaluces. Son intereses de secta los que están defendiendo. Son clanes mafiosos acudiendo en auxilio de los capos de otro de los clanes. Clanes rivales, sí. Pero por encima de la rivalidad está el negocio.

Se ha vuelto a imponer el rodillo partitocrático. Las cúpulas de los partidos han vuelto a imponer su voluntad por encima de la de los representantes electos de los andaluces. Lejos de Andalucía, en Madrid, se ha gestado un pacto del que solo sale reforzado el propio régimen de partidos que tiene secuestrada a la democracia.

Bienvenida, Teresa. Bienvenidos todos los nuevos diputados no adscritos. Ya somos nueve. Nueve diputados marginados. Nueve representantes de los andaluces sin apenas capacidad para presentar ni defender iniciativas parlamentarias. Nueve diputados sin los medios materiales mínimos para desarrollar nuestro trabajo.