Mientras el mundo gira

Andrés Caparrós

Tezanos y el encaje de bolillos

Tezanos y el encaje de bolillos

Creo que su nombre era María, María La Cachena. Vivía en la calle que subía al Martinete y al Barrio Pimentón desde la calle Mayor, de mi pueblo, Garrucha. Por aquel entonces era normal el tráfico de una bicicleta, de vez en cuando, pero raro que lo hiciera un coche. Por eso caminar hasta la orilla de la playa y volver luego a mi casa, tenía tanto encanto. Yendo a la mar, donde el niño que yo era pasaba muchas horas a solas, me gustaba contar los sonidos de la mañana: la voz de mi madre quedaba atrás cantando siempre, el ladrido de algún perro, el reclamo a voz en grito de El Jarapero que ofrecía panes de cinco orillas y figuritas de vírgenes milagrosas a cambio de las sobras de tela de las costureras, el rumor tan sedante de la mar serenica y, el repiqueteo de los palitos que las manos de La Cachena manejaban con rapidísima y magistral destreza. Esos sonidos se sucedían a la ida y a la vuelta.

Como sabemos, la expresión popular “hacer encajes de bolillos” se usa para decir que alguien con aptitudes nada comunes para la ideación y ejecución de trucos y juegos malabares, ha conseguido algo formidable, realizar una pirueta inefable ante el asombro del público asistente a la función circense.

José Félix Tezanos es un fenómeno; ese “raro fenómeno que no se ve todos los días”, decía Migue Gila. El CIS de Tezanos es maravilloso. Maravilloso de verdad, según los nada críticos, y maravilloso, maravilloso, afirman los otros, choteándose con retintín. No es para menos. Porque “sostiene Tezanos” que la ventaja de once puntos del PSOE sobre el PP, en cuanto a intención de voto, reconoce los aciertos de Pedro Sánchez en la gestión del drama que sufrimos. Y si alguien le preguntara por los datos aportados el domingo por GAD3 sobre los altos niveles de infelicidad y de preocupación por el futuro oscuro que nos espera o, más recientemente, por la voladura del pacto social que supone el “ordeno y mando” de Pablo Iglesias y Arnaldo Otegui para que sea derogada inmediatamente la Reforma Laboral, Tezanos, el rey de los encajes de bolillos, respondería impertérrito que eso, y cualquier otro terremoto político, sanitario o social seguirá favoreciendo al PSOE porque el Presidente lo arregla todo con un par de discursos en televisión y tres o cuatro sonrisas al estilo Gary Cooper.

“Si me pierdo que me busquen en Mojácar”, le dijo Pedro Sánchez a Esther Palomeras en una entrevista en exclusiva vista por miles de seguidores y detractores en las redes sociales. Poco tiempo después los asesores de imagen quisieron borrar cualquier rastro de aquella amigable charla con la periodista que les acompañaba en su visita en esa especie de gran águila albina auñada en un monte marinero de la Sierra Cabrera, Mojácar. Tiene en las imágenes el hoy Presidente del Gobierno un hablar distendido y como de cámara lenta, la sonrisa facilona y reiterativa; hay preguntas profundas como “¿qué hace cuando no puede dormir?” o si ¿se ha fumado un porro alguna vez?” a lo que él responde ingeniosa y lentamente, “pasa palabra, je, je je”. Un charleta simpática, y un poco “humeante”, tal vez. A pesar de los ímprobos esfuerzos para hacerla desaparecer, seguro que los rivales políticos y mediáticos la guardan como oro en paño. Alguna utilidad podría tener si, harto de tanta presión como está afrontando quien sólo piensa en el bien de España y los españoles, decide escaparse por el desfiladero de la luna, y perderse.

Si llegara el caso, los mojaqueros sabrían donde buscarlo, mientras el mundo gira.

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