Tiempo sin trabajar

En Almería el grupo mayoritario fueron siempre quienes estaban menos de 3 meses

Ha sido una suerte que el cambio de gobierno en Andalucía fuese en enero. Excepto, lógicamente, para quienes lo abandonan. Pero así, el resumen del año -en este caso sobre paro de larga duración- sirve como foto de la situación y análisis de lo que queda por hacer. Una constante en esta columna ha sido la evolución del paro de larga duración, inapreciable antes de 2008 y convertido en la principal característica de la crisis en Almería (y toda España), y su peor secuela. Los parados pueden dividirse en grupos, según el tiempo que llevan apuntados. En Almería el grupo mayoritario fueron siempre quienes estaban menos de 3 meses. Era fácil encontrar empleo, y también perderlo. En eso no hemos cambiado: temporalidad, rotación en empleos y recolocaciones en el mismo trabajo.

El paro de larga duración era casi anecdótico y correspondía a lo que se llamaba prejubilaciones. A partir de 2008, ya saben, la cosa se torció un poco. El desempleo subió convirtiendose en una trampa de la que era difícil salir. Así, como vasos comunicantes miles de personas fueron saltando de un grupo a otro. El mayoritario ya no era el de quienes estaban menos de 3 meses sin empleo, sino el de entre 3 y 6. Después el de entre 6 y doce meses, y después, ya para 2010 los que llevaban más de dos. Es decir, aquellos que se fueron al paro al caer la construcción en 2008. Si en diciembre de 2007 en esta última situación se encontraban el 9,30% de los parados, para 2016 ya era el 26,9%, aunque la recuperación se iniciara cuatro años antes, pues las posibilidades de encontrar trabajo disminuyen a medida que aumenta el tiempo desempleado. A lo que se une la edad. Los mayores de 50 son quienes más tiempo llevan desempleados, así que ese grupo se vacía sobre todo por las jubilaciones. En estos dos últimos años, a la jubilación se ha unido que el vaso final se alimenta menos. Se sale de la crisis al revés de cómo se entró: se empieza a estar menos tiempo en paro y así cada grupo vuelca menos parados en el siguiente. En dos años ese tipo de paro se ha reducido al 24% del total, y podemos vaticinar que esa tendencia natural se mantendrá. Pero no basta. Aquí entran los nuevos responsables de empleo. No bastará con incentivar el crecimiento económico, pues este puede seguir dejando atrás a esos parados. Su competencia son las políticas activas cuya meta es reincorporar a muchos de parados a la actividad laboral. Solo espero que no sigan con más de lo mismo, esto es, planes de contratación pública de unos meses y luego otra vez al paro. Vamos a ver, si innovamos un poquito.

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