Todólogos e influyentes

Asiste a los todólogos una capacidad de influencia bastante mayor que la prestada a los sabios

No debe resultar extraño conocer a más de un sujeto que no se arredra y es capaz de tener criterio y juicio -otra cosa es con qué fundamento y valor- sobre los más dispares asuntos. Tales son los todólogos, con un término, generalmente de uso coloquial y un tanto despectivo, que denota a quienes se consideran poco menos que omniscientes, atributo divino pero también de algunos mortales que se hacen conocedores de las más diversas cosas y materias. Los enciclopedistas del XVIII, más que todólogos, fueron compiladores exhaustivos de saberes, con la pretensión de reunirlos en una sola obra. Y las enciclopedias escolares también desasnaron -entiéndase el uso asimismo coloquial- a muchos zagales, puliéndoles la tosquedad de la ignorancia. Acaso como variedad o derivación de los todólogos, pueda considerarse la especie de los tertulianos, variopinta esta y no asimilable en género y condición, claro está, pero con irreductibles opinadores de las cuestiones más variopintas. Al cabo, se trata tanto de las fuentes del conocimiento como de la relevancia de este último. La sabiduría, que cursa con las muy valiosas maneras de la humildad y la sencillez, suele asistir bastante poco a los todólogos, por la sencilla razón de que su conocimiento está cogido con pinzas. Ahora bien, sí cuentan con una capacidad de influencia bastante mayor que la prestada o alcanzada por los sabios. De ahí la dudosa relevancia del conocimiento que circula con tan exiguos avales. Es más, casi se prefiere a los influyentes -en las abigarradas redes sociales- que a los sabios cuando se pretende conseguir que circulen recomendaciones, tanto lucrativas y comerciales como de carácter social. Dado que son audiencias multitudinarias las que acuden a esa intencionada y dirigida fuente de conocimiento, antes que a otras provisiones del saber más necesitadas de ejercer el pensamiento propio alumbrado por la sabiduría. Por eso, la relevancia del conocimiento suele guardar proporción inversa con su difusión y grado de acogida. Además, puesto que una enciclopedia universal y de creación colectiva asiste en la galaxia de Internet a modo de enciclopedismo posmoderno, del conocimiento importa bastante menos su adquisición significativa, con el provecho de las lecturas selectas, que la pericia en el manejo avanzado de los buscadores de la web. Y la distinción del reconocimiento, esa es otra, queda bien expresa y es notoria con las legiones de seguidores y la complacencia de los "me gusta".

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