La Torre Eiffel emblema de París

Comenzó a edificarse en 1887 no sin antes recibir las críticas de quienes lo consideraban un "deshonor" para París

París bien vale una misa!! Frase atribuida al pretendiente protestante al gobierno de Francia, Enrique de Borbón, quien eligió renunciar a sus creencias religiosas y convertirse al catolicismo para poder llegar a ser rey. Una forma de demostrar que es útil renunciar a algo para obtener lo que realmente te interesa, aunque sea vendiéndose a uno mismo. Y en París su emblema, la Torre Eiffel, símbolo indiscutible de la silueta de la ciudad del amor, que este mes de marzo está de cumpleaños. Son ciento treinta y dos años sin que ningún otro monumento le haga sombra, desde su inauguración para la Exposición Universal de 1889. Inicialmente se le llamó Torre de 300 metros, aunque alcanza los 325. Esta estructura de hierro forjado, fue concebida por el ingeniero francés Gustavo Eiffel, quien supervisaba con asiduidad su grandiosa obra, es uno de los monumentos más visitados del mundo, que iba a ser erigida de forma provisional para la Expo de París.

Para ser más preciso, Gustavo Eiffel tardó dos años, dos meses y cinco días en levantar esa estructura. La obra finalizó a las 13:30 hora parisina del 31 de marzo de 1889, cuando Gustavo Eiffel subió los 1.710 escalones existentes desde la base hasta el tercer piso, donde enarboló la bandera francesa. El símbolo de la ciudad de la luz dispone del Salón Gustave Eiffel, levantado en el corazón del edificio, a 57 metros de altura, y que está pensado para ser alquilado por empresas y organizaciones para todo tipo de eventos.

La que fue la construcción más elevada del mundo durante más de cuarenta años, hasta que en 1929 se terminó de construir el edificio Chrysler en Nueva York, comenzó a edificarse en julio de 1887 no sin antes recibir las críticas de quienes lo consideraban como un "deshonor" para París.

Desde al Academia Francesa de Bellas Artes salieron voces de grandes detractores de la edificación, a la que llegaron a calificar de "inútil y monstruosa". Pese a las duras críticas de artistas, intelectuales y estudiosos, el gran público le dio su beneplácito. Antes había sido ofrecida al Ayuntamiento de Barcelona que organizaba la muestra un año antes. El consistorio explicó que esa estructura no resultaba armónica con el resto de la muestra catalana. Con el río Sena casi a sus pies y un extremo del Campo Marte, una excepcional vista se graba en la retina de sus millones de visitantes.

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