Totalitarismo

Digamos así que es la nueva clase de esclavitud en el siglo XXI, una que se nos pasa inadvertida entre platos, postres y siestas

Hay que decirlo claramente: nos quejamos mucho de como nos manipulan los medios y de como somos marionetas de la sociedad de la información pero no cuestionamos en exceso otra forma de manipulación mucho más agresiva. Hay que decir la palabra. Todas las formas de dominación tienen incrustado el totalitarismo, la abominación. Pues en este caso no se nos ha ocurrido que hay una manipulación dentro de nuestra casa. La industria alimentaria en muchos casos se desarrolla con los tintes tétricos y oscuros de la industria farmacéutica. La expresión control de calidad se ha convertido en algo muy ambiguo porque sin bien es cierto que existen y garantizan un mínimo de salubridad para el consumidor en absoluto salvaguardan la salud del mismo. Tenemos una venta de alimentos que generan propensión a la diabetes, y etc, bajo una capa de buen sabor. Y tenemos el adulteramiento con lactosa de alimentos que de forma natural no la tienen. La expresión comida sana también es muy ambigua porque su encarecimiento es tan alto que se ha convertido un lujo de ciertas clases sociales. Lo cual es contradictorio sin pensamos que sólo unas cuantas generaciones dibujaban un escenario opuesto. La obesidad era patrimonio de los pudientes ya que los pobres no tenían para comer. Hoy día la obesidad se concentra en las clases precarias que consumen comida adulterada. La pregunta es obvia en este punto. ¿Cómo es qué esta situación no es subceptible de considerarse delito contra la salud pública? ¿Qué significa bajo esa cuestión control de calidad? Amen de la gravedad no reconocida políticamente ni llevada a la opinión pública, el acto de comer se ha convertido en un acto de sumisión a las redes empresariales que crean esos alimentos. Eso es el totalitarismo. En ese caso comer no nos hace libres porque se desarrolla como una adicción, que lo es. Falta por decir el control de las emociones y de condicionamientos que generan dichas adicciones. Hecho contrastado y elemento de este totalitarismo. Siguiendo el hilo de lo dicho no nos quejamos de esta ambigüedad que es más peligrosa ya que la sociedad de la información. Hoy día nos controlan por el estómago y con el estómago nos esclavizan. Digamos así que es la nueva clase de esclavitud en el siglo XXI, una que se nos pasa inadvertida entre platos, postres y siestas. Quizás entre asaltos al frigorífico. O entre cenas muy copiosas.

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