República de las Letras

El Tour

Hoy no se comprende cómo aún existen carreteras sin arcenes. Su es la mejor medida de seguridad para el ciclista

El Tour comenzó con mal presagio para el ciclismo español, por las caídas y consiguientes retiradas de Valverde e Izaguirre. Pero queda la esperanza de que Contador haga un buen papel y, al menos, suba al podio en París. La principal carrera ciclista del mundo siempre despierta a la afición de su letargo. Coincide con el comienzo de las vacaciones para muchos y, si el viento acompaña, al rebufo de las retransmisiones de las etapas diarias por televisión durante este mes de julio el número de ciclistas en las carreteras, calles y carriles bici se incrementará notablemente. Este verano, sin embargo, la afluencia de ciclistas estimulados por el Tour se ve ensombrecida por la oleada de atropellos a la que hemos asistido los meses previos. Hay una exigencia cada vez más amplia e insistente de mejorar la seguridad de los ciclistas en la carretera. Hasta ahora el Estado se ha limitado a elaborar nuevas normas de circulación, pero la medida que contribuiría de manera decisiva a la tan deseada seguridad del ciclista es la construcción de arcenes en todas las carreteras locales, comarcales y provinciales. Hoy no se comprende cómo aún existen carreteras sin arcenes. El uso del arcén es la mejor medida de seguridad para el ciclista. Y, de hecho, ya existe la norma de la obligatoriedad de circular por él cuando lo hay. Pero urge un plan de arcenes: muchísimas carreteras que son muy frecuentadas por ciclistas no disponen de estas zonas tan útiles y necesarias. Un arcén de al menos un metro de ancho -que tampoco es tan caro- puede salvar muchas vidas. Por último, recordar que en la seguridad del ciclista también interviene el sentido común. Por ejemplo, para evitar el golpe de calor, bebiendo antes, durante y después del ejercicio y evitando los grandes esfuerzos en las horas centrales del día. El aficionado nunca tiene el entrenamiento, la alimentación, los cuidados médicos, etc. de los profesionales y no basta que nuestra bicicleta, en muchos casos, nada tenga que envidiar a las suyas. Emularles de forma radical es siempre un riesgo que no deberíamos correr. Nada menos indicado, otro ejemplo, que los "manillares cabra" en carreteras con tráfico y firme irregular o en mal estado por la falta de conservación a causa de la crisis. En esas condiciones, ¿por qué añadir incomodidad y falta de maniobrabilidad? Por lo demás, feliz Tour y que Alberto Contador se lo gane a Froome.

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