Tragedias de verano

Que pensaría yo si fuera un niño y oyera alguna de las conversaciones de los medios de comunicación

Recuerdo que, algunos días de agosto, mi madre decía aquello de:"Qué ganas tengo de que empiecen los colegios". Supongo que serían momentos en los que nos convertíamos en algo insoportable durante aquellas larguísimas vacaciones estivales de mi infancia. Pero de ahí no pasaba la cosa. Nos mandaban a la calle a jugar, y nadie hacía un drama. Uno tenía la impresión de ser un poco trasto, y ya está. Sin embargo, no sé qué pensaría yo si fuera un niño de ahora y oyera y comprendiera algunas de las conversaciones y declaraciones que se derraman por algunos medios de comunicación. Parece un drama la presencia de los niños en la casa durante las vacaciones. Oyes hablar a algunos padres y parecen estar viviendo una auténtica tragedia.

Y si yo fuera el niño, lo menos que pensaría es que soy un estorbo en la esfera familiar, que no sé qué hago yo por estos mundos a los que me han traído sin pedirlo yo, sin comerlo ni beberlo. "Soy hijo de mis padres -pensaría-, pero se ve que debo estar en cualquier otro sitio, menos con ellos". Pensaría que esto es algo así como si fueran otras las personas que tuvieran que soportarme, pero no mis padres. Me entraría una especie de sensación similar a la de aquellos hijos de la nobleza que estaban al cuidado de ayas y criadas, y a los que reclamarían los padres solo algunas noches para darle, a lo sumo, un beso, y hacer que otros los llevaran a la cama. A lo mejor me sentiría como un Nietzsche en pequeño pensando que se había producido, por fin, la trasvaloración de todos los valores, volviendo, aunque solo en parte, al concepto tribal en la que los niños pertenecen a la tribu y que, como tal, a ella corresponde su cuidado; pero divergiendo de aquella en cuanto a los derechos que mantienen los padres sobre los hijos, concepción más propia de los tiempos modernos. Reconozco que hay momentos a lo largo del año en los que, dada la actual organización social, otras personas deben ocuparse del cuidado de los niños.

Pero me parece algo por lo menos extraño que habiendo tenido durante el año laboral a los hijos en guarderías y colegios haya quien se queje de tener que aguantarlos durante sus vacaciones. Los niños producen cansancio; es verdad. Lo sé por experiencia. Pero al menos se deberían utilizar esos días para estar con ellos. Que luego crecen y ya se echan de menos los ratos que pudimos compartir y que despilfarramos de mala manera.

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