Trescientos millones

José Mª Rossella animó a vivificar la oferta local alardeando del paisaje espectacular que tenemos

Hace unos días, el conocido empresario hotelero José Mª Rossell, fundador del Grupo Hoteles Playa Senator, ofreció una sustanciosa disertación en el auditorio de la UAL, sobre el turismo como motor de la economía almeriense. Una exposición que proporcionó sabrosos titulares a la prensa local, de la que hoy me hago eco porque, por lo leído, abordó, con el magisterio con el que los años suelen doctorar el esfuerzo y la constancia, algunas de las claves que permitirían dinamizar el sector turístico en esta provincia, más allá de la estacional oferta de sol y playa. Y propuso ese tipo de soluciones imaginativas que a menudo se comentan en tertulias de café, aunque nuestros políticos parecen incapaces de atisbar ni, mucho menos, activar, a pesar de que el desarrollo económico almeriense los reclame con premura. En esa línea creativa animó José Mª Rossell, a vivificar la oferta local alardeando del paisaje espectacular, propio y diferenciador, que tenemos, y a mejorar la calidad, el respeto a la higiene medioambiental y la señalización de las zonas turística. Porque la buena imagen solo se logra con referencias singulares, como ocurre en Bilbao con el Guggenheim, papel que en Almería cabe atribuir a los Parques de Tabernas o Cabo de Gata, aunque ello exigiría unificar la colaboración de Administraciones con la iniciativa privada, lo que hoy por hoy suena a utopía. Y además el sector crecería si se potenciara el turismo deportivo, el agrícola, el astronómico o el solar y, por supuesto, el cinematográfico ya que Almería es un plató natural al que se suman los decorados de tantos rodajes célebres.

Y creo que tiene razón Rossell, quien advierte que para poner en marcha tanto proyecto ilusivo, se precisa una inversión inicial de trescientos millones de euros, que ni tenemos ni tendremos. Y entonces uno se acuerda de los ¡más cien mil millones de euros!, que Europa ha enviado a Andalucía, desde 1986 y que por aquí, por Almería, no sabemos qué pasó con ellos. Y uno se acuerda de los miles de millones malgastados en tantos asesores invisibles, en tantas empresas, como Dolphi, inviables, en los cientos de sociedades fantasmales para colocar afiliados y en todos esos miles de millones europeos desvanecidos entre los ERES, los EDU y los Malayas de por ahí (que ni para eso dábamos por aquí), para mayor gloria y lucimiento de otras infraestructuras y burguesías foráneas. Y así estamos.

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