Carta del Director/Luz de cobre

Truco o trato

Mientras el país se de desangra víctima de la segunda ola de la COVID-19 y una economía en rojo, los políticos van a lo suyo

Todavía hoy me emociona que toquen a mi puerta en la antesala de Todos los Santos y aparezcan una decena de chiquillos disfrazados como aquellos del "Truco o Trato". Sí, ya sé que es una fiesta pagana y que en mi niñez no se pasaba de la representación de Don Juan Tenorio, de José Zorrilla, en el único canal de televisión que existía y de unas castañas asadas, frutos de otoño, en la chimenea siempre encendida de la casa de mis padres. Lo cierto es que la fiesta de Halloween, una de las celebraciones más populares en los Estados Unidos e importada por el resto del mundo, convierte a los niños en los grandes protagonistas. Para ellos, es una ocasión más para disfrazarse, maquillarse y divertirse provocando miedo entre los amigos y vecinos.

Con el Trick or treat (truco o trato), los pequeños juegan y se distraen en la comunidad donde viven, al desplazarse de puerta en puerta para conseguir caramelos o juguetes.

Suena bien, ¿verdad?. Pues en esa línea, pero con un tono verborreico, insultón, ramplón y a veces rayando la baja catadura moral, aquellos que nos representan en el Congreso de los Diputados debatían la moción de censura de VOX. La economía se hunde y la sanidad vuelve a desbordarse, pero la política española se regalaba una nueva sesión de fuegos de artificio, según palabras de Antoni Puigverd. Aquellos que tuvimos la valentía, porque hay que tenerla, de estar pegados a la televisión o a la radio para escuchar a los contendientes, nos quedó un poso de amargura, rabia contenida y decepción, sobre todo decepción, al ver que quienes deben velar por los intereses del país, de un país que se desangra sin remedio, lastrado por la crisis del coronavirus y una economía en rojo, trataban de dilucidar sus diferencias, que no las de la gente de a pie, con la palabra putrefacta, a veces soez y en la mayoría de los casos hueca, vacía de contenido y cargada de mentiras, para tratar de alcanzar al contrario, ya que no es posible un duelo al sol, avanzando seis pasos en dirección contraria, desenfundar y disparar el Colt sujeto a la pernera.

Vox intentó aprovechar la debilidad de un PP afectado por los sumarios judiciales y por la inconsistencia de Casado. En un momento tan dramático, Casado ha mantenido una tremenda hostilidad hacia el Ejecutivo. Podía haber ofrecido ayuda, no para favorecer al minoritario Gobierno de Sánchez, pero sí para ser útil a la sociedad española, que lo está pasando muy mal. Abanderando la negación, Casado logró inevitablemente desbordar a Abascal y compañía, portadores genuinos de hostilidad. En el otro lado, Sánchez e Iglesias a lo suyo, frotándose la manos, pero vacías de contenidos y propuestas. Por no tener, no tenemos todavía ni unos presupuestos para los vientos huracanados que soplan. Las opciones, como en Haloween: Un disfraz y truco o trato.

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