Torre de los espejos

Juan José Ceba

Turística y cultural

NO son muchos los monumentos que han llegado hasta nosotros en la ciudad, pero, a estas alturas, buena parte están necesitados de una valoración y recuperación, así como de un cuidado y atención de sus alrededores.

Hasta ahora, escasa ha sido la toma de conciencia política y, la decisión prioritaria de convertir Almería en un espacio único, con fuerte atractivo para el turismo y el disfrute de la cultura. Se ha tenido una visión pobre y sin horizontes de la potencialidad de la medina y, su zona antigua -muy al contrario de cualquier ciudad que se precie- sigue eternizando los despropósitos, el deterioro y el enfrentamiento entre enconadas banderías, siempre improductivas y agitadoras de la nada.

Con planteamientos vitales, el Foro La Chanca logró reunir -hace bastantes meses- a todos los Delegados de la Junta de Andalucía, para mostrarles el plan integral elaborado para el barrio, donde el empleo, el turismo y la cultura, juegan un papel esencial.

Tanto tiempo después, da la impresión que, sólo Obras Públicas sigue percibiendo, en su verdadera hondura y categoría, la acción transformadora del núcleo milenario, y algo Educación. Ni empleo, ni turismo, ni cultura, parecen haber entendido el planteamiento, que significa la esperanza de un barrio y, un impulso decidido para lograr esa ciudad abierta al arte y al turismo, con la desaparición de todas las fronteras.

Seis torreones del siglo XI, uno venido abajo, aguardan una restauración urgente y su valoración. Otros vestigios sin investigar (acaso anteriores a La Alcazaba) y los restos de la Mezquita -en los sótanos de San Roque- o las fundiciones de la minería, son muestras de ese patrimonio descuidado, que el visitante no puede gozar en plenitud.

Un novelista me confía su desazón: "Todas las ciudades portuarias cuidan con amor desmedido sus barrios marineros, convertidos en el mayor atractivo y en el foco de vida y encuentro de las gentes; en Almería es todo lo contrario".

Le cuento las aportaciones de un arquitecto y de una paisajista -amigos-, que han incluido en el proyecto para el Puerto Pesquero propuestas muy sugestivas, debatidas en dicho Foro, como el Museo de la Mar, el Acuario, la senda o mirador del mar, por el Camino Viejo, y un sinfín de ideas para unir y relacionar el Mediterráneo con su antiguo barrio de pescadores.

Falta una visión avanzada y un amor verdaderos, para convertir Almería en una ciudad limpia, que abrace al visitante, le invite a quedarse y a recorrer, maravillado, sus sendas y su periplo cultural.

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