A Son de Mar

Inmaculada Urán / Javier FornieLes

VIERNES CIENTÍFICOS

La universidad almeriense entera respira desde hace décadas la barbarie del especialista

La Facultad de Ciencias Experimentales organiza desde hace años los Viernes científicos, una serie de conferencias pensadas para hablar de química, física, biología o matemáticas, con un lenguaje accesible para el no especializado. La idea no puede ser mejor. Prolonga un ideal sugerido, entre otros, por Ortega hace ya casi un siglo: la universidad debe alumbrar no solo especialistas, sino también personas informadas en las cuestiones decisivas de nuestro tiempo.

Una persona interesada por la cultura no puede desconocer las aportaciones o los objetivos perseguidos por la Física, la Biología, la Historia o la Filosofía.

Los Viernes científicos ponen en práctica un proyecto excelente. Sin embargo, no terminan de cumplir con esa noble aspiración. Si uno asiste a las conferencias, encontrará pocos profesores o estudiantes de letras.

En realidad, las charlas cumplen una tarea diferente: se dirigen ante todo a los estudiantes de cada grado y proporcionan más bien conocimientos que no encajan exactamente en los contenidos recogidos por los planes de estudio. Los límites creados no son culpa de los organizadores. Se invita a todos, pero la universidad entera respira desde hace décadas la barbarie del especialista -Ortega de nuevo- y cada uno aspira solo a saber mucho de una parcela minúscula. ¿Se puede hacer algo para que esos conocimientos, que forman parte de la cultura científica de nuestro tiempo, se difundan más ampliamente y no solo entre los ya iniciados? No es fácil.

Quizás sería bueno que la Facultad propusiera otro tipo de charlas para los estudiantes de Humanidades, por ejemplo, que quieran saber cómo las matemáticas están detrás de todo lo que constituye nuestro mundo o por qué es necesario que dediquemos desde primaria tantas horas a esa disciplina.

Y sería también bueno que los estudiantes de matemáticas oigan de Pascuas a Ramos alguna orientación sobre qué podría interesarles leer. Nosotros no consideramos esas actividades como una pérdida de tiempo. Nos parece que son fundamentales para calmar esa curiosidad que debería tener cualquier persona que pretenda desarrollar su mente.

Y somos conscientes de la dificultad que supone: nada hay tan difícil como hallar buenos profesionales capaces de salir del caparazón y de ponerse en la piel de los demás para hablar con palabras cordiales y sencillas

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