Vacuna sí o sí

La vacuna ofrece protección, pero además es una llamada a la solidaridad

Iniciada ya la vacunación frente al coronavirus causante de la actual pandemia, aún hay un tanto por ciento de ciudadanos/ciudadanas que se muestran desconfiados o en clara actitud negativa ante este procedimiento, según el Centro de Investigaciones sociológicas. Hay que recordar, sin embargo, que la Organización Mundial de la Salud calcula en casi tres millones de vidas salvadas cada año por la VACUNACIÓN frente a enfermedades como la difteria, el tétanos, la tos ferina, el sarampión y la gripe.

Las vacunas son el resultado de un minucioso trabajo de investigación desarrollado en todo el mundo durante años para protegernos, activando nuestro sistema inmune. La protección frente al virus se ha conseguido inyectando en nuestro organismo virus inactivados o genéticamente modificados que imitan al virus causante de la enfermedad.

Por ahora los resultados están siendo favorables en cuanto a eficacia y en cuanto a seguridad. Los efectos secundarios conocidos, a mí en particular, no me quitan el deseo de vacunarme en cuanto llegue mi fase. Efectos secundarios tales como enrojecimiento de la zona de inyección, algo de cefaleas, cansancio o dolores musculares están siendo muy leves y pasajeros. ¡¡Vale la pena vacunarse!! ¡¡Es necesario vacunarse!! Si tenemos en cuenta que a final del año pasado llevamos más de 1.700.000 muertes en todo el mundo por el covid-19, frente a los escasos y leves efectos secundarios de la vacuna, vacunarse sí, o sí. No hay otra salida.

Nunca habíamos deseado algo con tanta fuerza juntos: el fin de la pandemia. Ya toca ser responsables para volver a la normalidad de cada uno. La prioridad absoluta en este recién comenzado 2021 tiene que ser vacunarse y el de la superación de esta pandemia.

Mi felicidad, hoy por hoy, consiste en que seamos prudentes y vacunarnos cuando nos toque. Si dudamos, recordemos lo que dice Irene Vallejo, en su libro "El infinito es un junco": la esperanza de transformar el mundo siempre tiene la razón. Lo colectivo y lo individual se entremezclan. Es necesario sentir miedo. Éste nos ayudará a controlar el ansia de volver a la normalidad porque ambas emociones, miedo y esperanza, son caras de una misma moneda.

En definitiva, la vacuna ofrece protección, pero además es una llamada a la solidaridad, muy por encima de la individualidad de cada uno.

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