Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

Van en coche

Legislar para dentro de 22 años, en la interinidad en la que está el Gobierno, es una curiosa frivolidad buenista

El Gobierno quiere que en 2040 esté prohibido vender coches que emitan anhídrido carbónico a la atmósfera, que son todos los que circulan ahora mismo por nuestras carreteras y por nuestras calles. El empeño es digno de elogio y no se le puede poner peros desde el punto de vista medioambiental. Nos estamos cargando el planeta y posiblemente para la fecha que quiere Pedro Sánchez casi no habrá nieve en los Pirineos y posiblemente no queden más bichos en Doñana que los linces, que, como son plantilla de la Junta, tienen el porvenir garantizado. Otra cosa es desde el punto de vista económico: desmantelar en dos décadas la industria del automóvil tal y como la conocemos seguro que tiene unos costes económicos y sociales que no somos capaces de calcular. Y sustituir el parque de vehículos actual por otro sólo eléctrico obligará a hace inversiones que no podemos ni imaginar.

Pero da lo mismo. Aquí de lo que se trata es sacarse cada día de la chistera un conejo con el que entretenerles a ustedes y a nosotros. Mientras, no se hace nada porque nada puede hacerse en la actual situación de bloqueo en la que está el Gobierno, que paga el pecado original de haber llegado al poder con una exigua minoría parlamentaria y en compañía poco deseable, como se está demostrando con los Presupuestos y otras cosas. Así, lo único que queda es escribir cada día una carta a los Reyes Magos a la espera de que los astros cambien el devenir del mundo. Lo de los coches no contaminantes en 2040 es un puro ejercicio de buenismo recogido en la ley de cambio climático, que no es más que poner por escrito un catálogo de buenas intenciones que suscribiría cualquiera que no esté loco. Desear un mundo más limpio y sostenible es como desear la paz mundial.

Lo más curioso del asunto, sin embargo, es el ejercicio de frivolidad política que representa legislar para dentro de 22 años por parte de un presidente del Gobierno que está en la situación más precaria de toda la democracia española. Es probable, desde luego no seguro, que para entonces Pedro Sánchez sea poco más que un capítulo muy menor en la reciente historia de España y de que de un ministerio que se llamaba para la transición ecológica aparezca si acaso una nota a pie de página. Quizás para entonces Franco no esté ya bajo una losa en el Valle de los Caídos, pero no las tengo yo todas conmigo.

Mientras puedan, seguirán cada día con una ocurrencia. No creo que a ellos les importe mucho. Total, van en coche.

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